“El abuelito crossfitero”: así se conoce a este hombre mexicano de 85 años que ha conquistado TikTok con su pasión por el CrossFit. Desde que su nieta, Tash Smith, comenzó a compartir videos de sus entrenamientos, este adulto mayor se ha convertido en un ejemplo de que la edad no es un impedimento para mantenerse activo y en forma.

Con una mezcla de dedicación, disciplina y carisma, el “abuelito crossfitero” realiza rutinas que para muchos jóvenes serían todo un desafío físico. El fenómeno comenzó con un video simple: Tash le pregunta a su abuelo hacia dónde se dirige, a lo que él responde sonriente y sin dudar: “Al CrossFit”. Este momento espontáneo capturó la atención de miles de personas, quienes comenzaron a seguir sus publicaciones.

Los videos muestran al hombre usando mancuernas, haciendo sentadillas, levantamientos y otros ejercicios característicos de esta disciplina, todo con una energía y entusiasmo contagiosos.

Más allá del ejercicio físico, la relación entre abuelo y nieta es uno de los elementos más conmovedores del contenido. La cuenta de TikTok de Tash no solo muestra entrenamientos, sino también sketches humorísticos y momentos de complicidad que revelan un vínculo entrañable y afectuoso. Este aspecto ha ayudado a humanizar la figura del adulto mayor y derribar estereotipos negativos sobre la vejez.

Foto: Freepik.

Este caso viral subraya la importancia del deporte en todas las etapas de la vida. La actividad física en personas mayores no solo mantiene la salud muscular y la movilidad, sino que también contribuye al bienestar mental, promoviendo disciplina, tolerancia a la frustración y competencia sana.

Para quienes superan los 60 años, existen muchas opciones de ejercicio adaptadas a sus capacidades y preferencias: desde caminatas y natación hasta tenis de mesa o baile. La clave está en elegir algo que motive y permita mantener un estilo de vida activo y saludable. Su historia es un ejemplo de que la pasión por el movimiento puede convertirse en una poderosa herramienta de transformación y esperanza.

El Tiempo/GDA