A un mes del Cosquín Rock Uruguay, Palazzo celebra su mayor conquista y revela un show clave del festival 2025

23/04/2025, 02:07

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José Palazzo no para. El cordobés llegó a Montevideo hace apenas unas horas para promocionar la quinta edición del festival Cosquín Rock Uruguay —que se celebrará el viernes 23 y sábado 24 de mayo en la Rural del Prado— y desde entonces, su agenda no le da descanso. Es jueves 10 de abril, ya dio varias entrevistas y, en los pocos momentos libres, manda audios de WhatsApp para ajustar los últimos detalles de la conferencia que ofrecerá en unas horas en el Ministerio de Turismo. Camina por las oficinas de Piano Piano, la productora uruguaya del festival, como si estuviera en su casa. Habla rápido, sin pausa. Y sostiene una taza de café, como si fuera el combustible que mantiene encendida su intensidad. “Salvo cuando toco con mi banda, Los Mentidores, hago yoga o paso tres minutos meditando duro, no logro entrar en una burbuja”, dirá en un rato, en pleno diálogo con El País.

Está acostumbrado a funcionar en simultáneo. Como productor, Palazzo lidera varios proyectos de gran escala —el año pasado, por ejemplo, fue el encargado de traer de vuelta a Paul McCartney a Córdoba—, pero si hay algo que lo define es su vínculo con el Cosquín Rock. “Tengo 54 años y llevo casi la mitad de mi vida en el festival”, dice sobre el proyecto que creó en 2001. En febrero, la edición número 25 se celebró en el aeródromo Santa María de Punilla, a unos 50 kilómetros de Córdoba, y reunió a 120 mil personas en dos días. Ya trabaja en la versión de 2026, mientras en paralelo avanza con las ediciones internacionales. Unas horas antes de este encuentro con El País, se anuncia la grilla del Cosquín Rock España, que tendrá lugar en Valladolid: The Kooks, León Gieco, YSY A y Love of Lesbian lideran el cartel.

La edición uruguaya, que por tercer año consecutivo se realizará en la Rural del Prado, presentará 36 shows en dos jornadas. Quedan entradas para el primer día o el abono; están en RedTickets. Para una escena montevideana que, salvo por los espectáculos organizados por la Intendencia, carece de festivales masivos de este tipo, el Cosquín Rock es todo un acontecimiento. Debutó en Landia en 2018, pasó por el Parque Roosevelt en 2019 y, tras una pausa de tres años —pandemia mediante—, encontró en la Rural su espacio definitivo. “Cuando los chicos de Piano Piano me propusieron la Rural, quedé enamorado”, asegura. “No solo del predio, sino de los galpones y de lo que genera, porque hay una química entre la gente y la música. Además, de manera azarosa, se dio un simbolismo: por lo que representa la Rural, es la unión entre la capital y el interior. Es una forma de decir que el interior está incluido”.

cosquin rock uruguay.jpg — Cosquín Rock Uruguay.

Y Palazzo, que dice que siempre buscó que los festivales propongan una experiencia, está entusiasmado con una de las principales novedades de este año: Agarrate Catalina ofrecerá una expansión de sus famosas Cantarolas. “La murga va a tener su propio galpón y va a cantar en distintos momentos de ambos días con invitados que no solo son parte de la grilla”, adelanta el cordobés. “Ese tipo de experiencias le dan una riqueza muy importante al festival”. Así El Galpón de la Catalina capturará el espíritu de encuentros que genera este tipo de eventos, una lógica que también se replicará en los shows de La Kermesse y El Club de la Cumbia, que actuarán con invitados sorpresa.

Hay muchas maneras de acercarse a una propuesta tan colosal como la del Cosquín Rock Uruguay. La más habitual es llegar cuando cae la noche para ver a los protagonistas, que este año serán El Cuarteto de Nos, Buitres, Miranda!, Dillom y el regreso de Abuela Coca en la primera jornada, y No Te Va Gustar, La Vela Puerca, Las Pastillas del Abuelo y El Kuelgue en la segunda. Está bien. Pero sería como acercarse a un océano inmenso y conformarse con mojarse los pies. “Me gusta ver a la gente descubriendo bandas, y a la vez la experiencia y el estrés sano de los grupos nuevos que se preparan para subir al escenario como si fuera su Madison Square Garden”, asegura.

La lista de esos artistas a descubrir es extensa. Entre los uruguayos destacan las emergentes Rodra, Miel, Flor Sakeo y Agustina Giovio, mientras que desde Argentina llegan propuestas que ya se abrieron paso en la escena rioplatense: El Zar, Indios, Barbi Recanati, Nafta y Bhavi. “Tenemos que apostar a que todas las generaciones que vengan se vayan con algo nuevo”, comenta. “Me gustaría que cuando alguien salga diga: ‘Che, pá, ¿sabés lo que me gustó?’ Y digo ‘pá’ porque debe haber muy pocos programas que padres e hijos puedan disfrutar más que un festival”.

Justamente, ese interés por generar experiencias —no solo en el escenario, sino en el predio, en lo que pasa abajo— nació entre padre e hijas. Palazzo cuenta que en una de sus idas a Glastonbury, uno de los festivales más emblemáticos de Inglaterra, fue con sus hijas Agustina y Pilar. “Me acuerdo que después de haber visto a Jack White y a Pet Shop Boys, entramos a un barcito donde había un tipo con bombín sentado frente al piano y musicalizando una película de cine mudo. Después fuimos a otro lugar donde dos tipos tocaban música balcánica, y ahí me empezó a picar el bichito”. Más adelante, tras viajar a otros eventos emblemáticos como Coachella en Estados Unidos y Roskilde en Dinamarca, terminó de desarrollar el interés. “Así me fanaticé con la idea”.

Palazzo dice que a esta altura, la propuesta uruguaya dejó de ser la adaptación local del evento argentino. “El Cosquín Rock Uruguay ha sido totalmente captado por los uruguayos”, afirma. “El 80% de la programación es de acá, y es un festival metido en la agenda musical uruguaya. Eso es lo que queríamos cuando hicimos la primera edición”. Y ya que nombra a aquel debut en tierras locales, el argentino recuerda la impresión que le generó ver a los españoles Ska-P tocando “bien tarde” y pidiéndole al público “una estampida”. “Estábamos reasustados cuidando el vallado, pero enseguida entendimos que era un llamado a la conexión”.

Postales de ese tipo tiene varias. La Vela con un “show histórico” en el Parque Roosevelt, una sección de stand-up en Landia junto al concurso de bandas llamado pre-Cosquín, las actuaciones de Trotsky Vengarán y Buitres, el show de Ruben Rada en la Rural del Prado frente a un mar de público joven, y el paso de La Mona Jiménez que tuvo al propio Palazzo en el escenario.

A un mes de la quinta edición, Palazzo dice: “Me gustaría que la gente se quede con la idea de que entre tanto show, se perdió de algo, y diga: ‘el año que viene vengo más preparado para no perderme nada’”.