Redacción El País
El directorio del Banco Central (BCU) resolvió este martes por unanimidad mantener la tasa de interés de referencia en Uruguay, el "precio del dinero", en 9,25% tras la reunión de su Comité de Política Monetaria (Copom). Esta resolución llega, luego que en la anterior reunión del 8 de abril había resuelto una suba de 25 puntos básicos, y para tomar la misma sopesó efectos "contrapuestos" y sobrevoló el debilitamiento del dólar.
Es la primera reunión del Copom con el nuevo directorio del BCU, ya que en la anterior del 8 de abril, todavía no habían asumido la vicepresidenta Ana Claudia de los Heros y el director (Partido Colorado) Julio Luis Sanguinetti, aunque sí lo había hecho el presidente Guillermo Tolosa.

El BCU explicó que mantuvo el "precio del dinero" en 9,25% porque "evaluó elementos que operan de manera contrapuesta", según el comunicado que emitió el Copom tras la reunión. "Esta decisión profundiza el sesgo contractivo de política (monetaria) dado el descenso de las expectativas de inflación", indicó el Central.
El Copom recordó "la inflación se ubicó en (12 meses a) abril en 5,36% y se encamina a alcanzar los 24 meses consecutivos dentro del rango de tolerancia (3%-6%), período que representa la totalidad del Horizonte de Política Monetaria (HPM). La inflación núcleo se ubicó en torno al techo del rango, lo que sugiere que aún persisten rigideces que dificultan una desinflación más equilibrada".
"Las expectativas de inflación a dos años de los analistas se redujeron de 5,8% a 5,5% y la de los mercados financieros de 6,1% a 5,3%", añadió.
Eso implica que el "precio del dinero" tenía una tasa real de 3,4% y ahora de 3,75% (al reducirse las expectativas de analistas) o de 3,15% y ahora de 3,95% (al bajar las expectativas de los mercados). El BCU considera que la tasa real "neutra" es de 2,5%, con lo que en ambas comparaciones la misma es "contractiva".
¿Qué significa eso? La tasa de interés marca el "precio del dinero”. Así señaliza lo que les cuesta a los bancos hacerse de liquidez (pesos uruguayos en este caso) mediante préstamos entre sí a un día y entre estos y el Central. Luego los bancos toman como referencia esa tasa para determinar la que cobran a empresas y personas por los préstamos.
Una tasa "contractiva" como en este caso, en teoría, promueve el ahorro frente al consumo, es decir que las empresas y familias prefieran no gastar esos pesos. Aunque en los hechos, esto es más complejo e inciden otros factores.
Pero sí es una señal clara para las empresas y el mercado financiero de que el BCU está activo ante una inflación y expectativas que no convergieron al objetivo de 4,5% (con una tolerancia de más/menos 1,5 puntos procentuales).
Una tasa "contractiva" en pesos en teoría, propiciaría una menor demanda de dólares (porque es más atractivo posicionarse en la moneda local) impulsando su valor hacia abajo. Sin embargo, esto no es tan lineal porque a nivel global, las medidas que ha tomado Donald Trump de subir aranceles y la decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos de pausar la baja de sus tasas de interés, pueden impulsar al alza a la moneda estadounidense.

Con el debilitamiento que ha tenido el dólar en Uruguay (cae 5,7% en lo que va del año), sobrevoló en la decisión del Central el hecho de que de subir la tasa podría haber afianzado más esa tendencia.
De hecho, "el Copom evaluó elementos que operan de manera contrapuesta" para mantener el "precio del dinero", dijo el BCU en el comunicado. "Por un lado, el descenso de las expectativas (de inflación), la revisión a la baja de la inflación y del crecimiento económico de corto plazo (la actividad mantiene un dinamismo menor al de la reunión previa)" jugaban a favor de bajar la tasa. "Por otro lado, la inflación núcleo elevada y persistente, así como las expectativas que continúan significativamente por encima de la meta" jugaban a favor de una suba.