Redacción El País
El gobierno de Donald Trump ha dado 72 horas a la universidad de Harvard para proporcionar información sobre actividades “violentas” y protestas en las que hayan participado sus alumnos si quiere recuperar su programa de matriculación de extranjeros, revocado ayer.
La secretaria del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Kristi Noem, indicó a la institución en una carta que podía reinstaurar su certificación del Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio si cumplía con una serie de requisitos en 72 horas.
Entre otras cosas, el DHS pide a Harvard que facilite vídeos, imágenes o audios de protestas y actividades “ilegales” y “violentas” que hayan tenido lugar dentro o fuera del campus en los últimos cinco años y en las que hayan participado alumnos con visas de los tipos J1 y F.
Noem inistió en que este es “un mensaje claro para Harvard y todas las universidades, de que la istración Trump hará cumplir la ley y erradicará los males del antisemitismo y el antiamericanismo en la sociedad y los campus”.

En un comunicado, el DHS especificó que Harvard “ya no puede matricular a estudiantes extranjeros y que los actuales deben transferirse o perderán su estatus legal”, al alegar que la universidad ha permitido “que agitadores antiestadounidenses y proterroristas acosen y agredan físicamente a personas, entre ellas muchos alumnos judíos”.
La revocación impedirá a Harvard recibir a estudiantes internacionales con visados de no inmigrante F o J para el curso académico 2025-2026.
En el curso actual, los extranjeros representan el 27,2% de los 30.000 estudiantes de Harvard, la mayoría con esos visados, según fuentes de la universidad. La matrícula en Harvard cuesta 59.320 dólares, y puede ascender a 87.000 con el alojamiento.
La revocación de su capacidad para matricular a extranjeros supone una escalada de la tensión entre el Gobierno de Trump y la universidad, que el pasado abril demandó a la istración republicana con el fin de recuperar su financiación federal, congelada por incurrir en supuestas conductas antisemitas.
Harvard es una de las universidades -además de Columbia y Princeton, entre otras- que han visto amenazada su financiación por informes del “Grupo de trabajo federal para combatir el antisemitismo”, creado por Trump, por presuntamente aplicar políticas de “discriminación positiva” o por no dar cabida a lo que el Gobierno califica como “diversidad de ideas”.
Las acusaciones de antisemitismo vertidas por Trump hacen referencia sobre todo a las protestas propalestinas que tuvieron lugar el año pasado en la Universidad de Columbia en Nueva York y que se extendieron a otros centros universitarios estadounidenses.
Para la universidad Harvard, la prohibición de recibir a estudiantes extranjeros es una medida “ilegal”.

“Estamos plenamente comprometidos a mantener la capacidad de Harvard para acoger a nuestros estudiantes y académicos internacionales, que proceden de más de 140 países y enriquecen a la Universidad -y a esta nación- de manera inconmensurable”, dijo Harvard en un comunicado.
“Esta acción de represalia amenaza con perjudicar gravemente a la comunidad de Harvard y a nuestro país, y socava nuestra misión académica y de investigación”, agrega.
Para la sección de Harvard de la Asociación Estadounidense de Profesores Universitarios, la prohibición de recibir extranjeros “amplía el asalto terrorista” de la istración Trump contra los estudiantes y académicos internacionales en Estados Unidos.
Cuando se revoca la certificación SEVP de una universidad, los estudiantes internacionales matriculados deben elegir entre trasladarse a otra institución, cambiar su estatus migratorio o abandonar el país.
“Para las universidades es un privilegio, no un derecho, matricular a estudiantes extranjeros y beneficiarse de sus elevados pagos de matrícula para ayudar a engrosar sus multimillonarias dotaciones”, declaró Noem.
A diferencia de universidades como Columbia, que han aceptado acatar la nueva política para que no se vean perjudicadas sus subvenciones, Harvard demandó ante la justicia a la istración Trump hace un mes por el intento de imponer cambios en su plan de estudios, sus políticas de isión y sus prácticas de contratación.
La semana pasada, el gobierno del republicano anunció un nuevo recorte de 450 millones de dólares en subvenciones federales que se suma a la congelación de 2.200 millones más, de un total de 9.000 millones en revisión y la exclusión de cualquier nueva ayuda federal.
Con un patrimonio de 53.200 millones de dólares en 2024, Harvard es la institución de educación superior más acaudalada de Estados Unidos. EFE, AFP

Recortes millonarios
El Departamento de Salud de EE.UU. informó que cancelará 60 millones de dólares a la Universidad de Harvard por su supuesta incapacidad para combatir el antisemitismo. El secretario de Salud, Robert Kennedy, indicó en X que esa agencia “está tomando medidas decisivas para defender los derechos civiles en la educación superior”, lo que ha enfrentado a la istración Trump con varias universidades pero en particular la de Harvard. Este recorte de fondos se suma a los cerca de 3.000 millones de dólares que diversas agencias del Gobierno de Trump han retirado a Harvard en las últimas semanas.
Juez ordena no revocar las visas
Un juez federal de Estados Unidos ordenó ayer jueves al Gobierno del presidente Donald Trump que frene la revocación de las visas de estudiantes internacionales, en medio de los esfuerzos de la istración por deportar a alumnos acusados de participar en protestas contra la guerra en Gaza o de antisemitismo. El juez Jeffrey S. White del Distrito del Norte de California prohibió al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y al Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) “arrestar o encarcelar” a estudiantes extranjeros que presentaron una demanda ante su corte y a cualquier “individuo similarmente situado a nivel nacional”. El fallo argumenta que “el alivio a nivel nacional es apropiado” porque la política del Gobierno de Trump “ha causado estragos a las vidas, no solo de los demandantes, pero también de no-inmigrantes (con visados) F-1 similarmente situados a lo largo de Estados Unidos”.
Este caso, que trasciende el mismo día en el que el DHS revocó a la Universidad de Harvard su permiso para matricular a extranjeros, responde a una demanda que presentaron universitarios después de que, en abril, el Gobierno cambió su estatus en el Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio (SEVI). El Gobierno de Trump ha cancelado miles de visados de estudiantes internacionales desde el 20 de enero, según reportó este martes el secretario de Estado, Marco Rubio, en una audiencia en el Senado.
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