El último adiós de Mujica: los recuerdos de la gente, las escenas de despedida y más detalles del velatorio

Una multitud acompañó el féretro del expresidente desde la Plaza Independencia hasta el Palacio Legislativo, donde los seguidores hicieron fila hasta la medianoche para saludar por última vez al líder de la izquierda.

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Cuando casi se hicieron las 13 horas, en los alrededores del Palacio Legislativo, cuya circunvalación se encontraba vallada para bloquear el de los autos, el silencio era profundo. Por la avenida Libertador ya se iban despertando los aplausos, llantos y gritos que se volvían por momento atronadores. Pero aquí, pese a que ya había bastante gente agolpada frente a la entrada principal de la casa del Parlamento, lo único que se escuchaba era, como un sonido de fondo y aislado, el motor del helicóptero que controlaba la zona y los desvíos del tránsito desde el aire.

El clima recién se iba a interrumpir cuando el féretro de José Mujica se hacía visible a unos metros, y tres aviones de la Fuerza Aérea pasaban en formación, exactamente a las 13.15.

El féretro ingresó poco después de esa hora al Salón de los Pasos Perdidos, cargado entre otros por el presidente Yamandú Orsi y el secretario de Presidencia, Alejandro Sánchez, y donde permaneció hasta la medianoche de ayer y continuará hasta la tarde de este jueves.

La jornada velatoria por la muerte del expresidente y exguerrillero que fue llorada por el mundo entero había comenzado unas tres horas antes, cuando la pareja de gran parte de su vida, la exvicepresidenta Lucía Topolansky, y el primer mandatario, salieron por la puerta principal del palacio Estévez para poner el pabellón nacional y la bandera de Artigas -junto con Sánchez- sobre el féretro de Mujica, que se trasladaba en una cureña -como se le llama a la carreta utilizada de forma protocolar en las ceremonias de honores fúnebres- tirada por siete caballos del Ejército.

Militantes y seguidores se agolparon a lo largo del recorrido del féretro del expresidente José Mujica.
Militantes y seguidores se agolparon a lo largo del recorrido del féretro del expresidente José Mujica.
Foto: Estefanía Leal

Había sido de esa manera como se inició el cortejo, y que toda la gente, militantes del Frente Amplio y seguidores del ídolo de la izquierda y máximo líder del Movimiento de Participación Popular (MPP), trató de comunicarse de muchas formas, casi siempre con gritos como “gracias Pepe”, “grande Mujica” y “arriba compañero”, que se escucharon durante todo el recorrido. También hubo palabras de aliento de los militantes para Topolansky, como “vamos Lucía”, tras las cuales se reforzaban los aplausos que casi no cesaron durante el recorrido.

Los militantes caminaron por las principales calles de Montevideo con banderas del Frente Amplio y del MPP, gorros y remeras con su imagen o sus frases más célebres o viralizadas en las redes sociales. Hubo momentos de quiebre, de llanto desconsolado, de abrazos de consuelo y de gritos fuertes ante la muerte de una figura política que todos saben que deja un vacío difícil de llenar.

Al carruaje lo fue rodeando, como una valla humana y móvil, una gran cantidad de personas con camisetas negras con letras blancas que decían: “No me voy, estoy llegando”.

Además de los que hicieron el recorrido -algunos solo una parte, por su extensión-, también hubo quienes acompañaron desde las ventanas de los edificios, empleados de comercios que se acercaron a la vereda y de la construcción, vestidos de naranja, que se pararon al borde de un edificio en obra.

Velorio de Jose Mujica
Cortejo fúnebre y velorio de José Mujica.
Foto: Estefanía Leal

Los momentos más importantes -y de mayor emoción, aunque hubo ojos llorosos en todo el recorrido- se dieron en los puntos de pausa del cortejo (lugares simbólicos para la carrera política de Mujica), aunque también hubo otros donde se aglutinó mucha gente, como en la explanada de la Universidad de la República.

La primera parada fue en el local del MLN-Tupamaros -en la calle Tristán Narvaja-, en el que había colgado un cartel que decía: “Hasta siempre Pepe. Habrá patria para todas y todos”.

La segunda fue después de varias vueltas por el Centro de la ciudad: en la sede del Frente Amplio, en la calle Colonia. Allí estuvo Topolansky, y otras figuras de la fuerza política como Rafael Michellini, quien dijo a El País: “El legado es inmenso, y la tristeza también. Va a generar un vacío a nivel internacional, nacional y en la izquierda muy grande. Sus reflexiones, sus análisis, su filosofía, nos van a faltar”.

De allí se partió hacia el local central del MPP -en la calle Mercedes-, donde Sánchez, de lentes de sol, dijo con ímpetu y emocionado: “La siembra del viejo ahora se transformó en miles. Pepe, no te fuiste. Gracias, viejo. Una parte de esa siembra y en honor a él, en Cerro Norte en Florida, el Instituto Nacional de Colonización compró 4.000 hectáreas para los trabajadores rurales. ¡Que viva el pueblo uruguayo por el cual, el Pepe, dejó todo!”.

El último tramo del recorrido fue en la avenida Libertador, que desemboca en el Palacio Legislativo. Al llegar, sobre las 13:25, se acercaron al féretro Orsi y Sánchez, quienes lo subieron por la escalinata principal del Parlamento.

Personas despiden al ex presidente José Mujica
Personas despiden al ex presidente José Mujica.
Foto: Darwin Borelli.

Pensando en el futuro

La gente no se impacientaba, pese a que el sol de ayer no parecía otoñal sino casi veraniego, y pese a que la larga cola que se generó enseguida para ingresar al Palacio Legislativo tardó varios minutos en comenzar a moverse y lo hizo lentamente. Con todo, las puertas que dan a la entrada del Salón de los Pasos Perdidos se abrió cerca de una hora antes de lo previsto, y los rostros llorosos, cansados y apesadumbrados iniciaron el lento camino para, ahora sí, hacer la última despedida de quienes lo amaron, lo conocieron o lo siguieron políticamente.

El País dialogó con varios de los que buscaban hacer eso mismo, y las lágrimas saltaban en todos los casos al intentar buscar las palabras que sintetizaran al líder de la izquierda.

Uno de ellos, el cantautor Mario Carrero, estuvo con Mujica este jueves en la chacra del Rincón del Cerro, en un encuentro que duró unas dos horas. Llevó su guitarra, tal como le había pedido el expresidente, porque también la idea era cantar y pasar un rato distendido. Fue una jornada, ese jueves, de varias visitas de figuras conocidas, y en todos los casos quienes llegaron a hablar con el líder de la izquierda lo hacían sabiendo que de alguna forma sería la última vez que lo verían. Carrero tenía claro eso, dijo ahora a El País con los ojos visiblemente húmedos. Por eso, para el artista, estar en ese momento en la fila no era en realidad para decir un adiós que siente que ya manifestó, sino para participar de esta suerte de comunión colectiva: “Vivir esto”. Lo que sí recuerda de Mujica, y es algo que ahora subrayó, era la obsesión del tupamaro por pensar todo el tiempo “en el futuro” y en los desafíos que tienen que afrontar los jóvenes, quienes deben “prepararse para el mundo que se viene”, que entre otras cosas, le dijo Mujica, es dar una respuesta a los impactos de la inteligencia artificial.

Las palabras en casi todos los casos parecían sobrar, porque no había nadie que no tuviera una idea clara de lo que representó Mujica, pero muy pocos podían encontrar la forma de decirlo con claridad.

La jornada fue extensa, y se espera hoy otra muy similar, con la visita de presidentes extranjeros como el brasileño y amigo personal de Mujica, Luiz Inácio Lula da Silva, y el chileno Gabriel Boric

Abren las puertas del velorio de José Mujica en el Palacio Legislativo
Abren las puertas del velorio de José Mujica en el Palacio Legislativo.
Foto: Ignacio Sánchez.

La larga cola

Un cálculo aproximado indicó que, en varios momentos de la extensa jornada de este miércoles, un promedio de 1.200 personas por hora desfilaron ante el féretro de Mujica, en el Salón de los Pasos Perdidos.

Los dolientes tenían no más que cinco o seis segundos para pararse frente al féretro, cubierto por el Pabellón Nacional y la blanca, azul y punzó de José Artigas. Una mayoría rompía en llanto al llegar hasta el cajón y algunos se persignaban. Pero casi todos se preocuparon en dejarle un mensaje, como una señora que depositó a los pies del féretro un pequeño cartel, escrito a mano, que decía: “Gracias Pepe por haberme dado un trabajo digno”. Hubo quien incluso decidió dejar una camiseta con la imagen de Diego Maradona estampada, colgando de la baranda.

Pero hubo más ofrendas, como numerosas flores y otros objetos que fueron depositados en una caja de madera, ubicada cerca del ataúd.

El féretro de José Mujica en el Palacio Legislativo.
El féretro de José Mujica en el Palacio Leagislativo.
Foto: Ignacio Sánchez

PRESIDENTE

Lo que Orsi aprendió de Mujica al observarlo

El presidente Yamandú Orsi, que junto con su esposa, Laura Alonsopérez, y Lucía Topolansky saludó en persona a todos los integrantes de los cuerpos diplomáticos que se hicieron presentes en el Parlamento, dio una rueda de prensa en el Palacio Legislativo para resumir algunos recuerdos sobre el líder fallecido. En lo esencial, destacó la faceta de Mujica que se despertaba cuando se mezclaba con la gente. “(Ahí) vos lo veías en su salsa. Fundamentalmente, en el interior. Ese vínculo me marcaba mucho. Lo miraba siempre para aprender. Fueron varios momentos de triunfos y derrotas”, dijo el presidente, pero resaltó: “Hasta el final se reía”.

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