Redacción El País
La Comisión Disciplinaria de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) dio a conocer este miércoles el fallo por los incidentes que protagonizaron los hinchas de Cerro en el Estadio Campeón del Siglo, durante el partido frente a Peñarol que terminó suspendido por esa razón, correspondiente a la fecha 13 del Torneo Apertura.

Tal como era previsible, la primera determinación fue darle el partido por ganado al Carbonero y los tres puntos que corresponden, porque además de ser sus hinchas espectadores de los disturbios ocasionados en la tribuna visitante, iba ganando 3-1 el partido cuando se suspendió a los 62 minutos de juego.

En ese sentido y dadas las circunstancias, el tribunal determinó la "existencia de responsabilidad objetiva de parte del Club Atlético Cerro".

En el plano deportivo, se le impuso al club villero la pérdida de los tres puntos en disputa (al dar por concluido el partido y mantener el resultado al momento de la suspensión) y la quita de un punto adicional, descontado del torneo en disputa.

Además, también se lo sancionó con los próximos cuatro partidos en condición de local sin público local, aunque sí pueden concurrir parciales del club visitantes.

Sin embargo, no le fue impuesta ninguna sanción económica.

Se tomaron en cuenta para esta resolución cuatro atenuantes y agravantes que parten de la reincidencia del club en cuestión, ya que Cerro poseía cuatro sanciones por responsabilidad de sus hinchas en el presente torneo, que datan del 20/02, 27/02, 20/03 y 03/04.

Foto: Ignacio Sánchez.

Iban 23' de la primera parte cuando los encargados de seguridad le llamaron la atención a Gustavo Tejera, el árbitro central del partido, porque estaban cayendo proyectiles desde la Tribuna Guelfi (donde había unos 200 hinchas de Cerro) hacia la Henderson (donde había hinchas de Peñarol).

Fue en ese momento cuando uno de los proyectiles impactó en la cabeza de una hincha aurinegra que debió se trasladada inmediatamente a un hospital, donde recibió ocho puntos por una lesión en la cabeza.

Pero el partido se reanudó y fue recién a los 17 minutos de la segunda mitad cuando las autoridades decidieron suspender definitivamente el encuentro porque la lluvia de proyectiles no cesaba, y también la rotura de baños y de todo lo que había al alcance de los parciales visitantes.