A la altura: Peñarol goleó en Cochabamba y dio un enorme paso hacia los octavos de final de Copa Libertadores

El equipo de Diego Aguirre cumplió con creces en el Félix Capriles, superó 3-0 a San Antonio y además logró su primera victoria como visitante en la edición 2025.

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El festejo de Maximiliano Silvera en el partido entre San Antonio y Peñarol por Copa Libertadores.
El festejo de Maximiliano Silvera en el partido entre San Antonio y Peñarol por Copa Libertadores.
Foto: EFE.

Enviado / Cochabamba - Bolivia
Peñarol se sacó la espina de Buenos Aires y Asunción. El equipo de Diego Aguirre dio otra muestra de carácter y personalidad y anoche en Cochabamba consiguió su primer triunfo como visitante en el Grupo H de la Copa Libertadores tras vencer a San Antonio Bulo Bulo 3-0.

El aurinegro, que viajó a Bolivia pleno de confianza, no defraudó. Tampoco salió a especular ni a defenderse, sino que todo lo contrario. Apenas iban 4 minutos cuando ya había tenido la primera chance clara con un zapatazo de Leandro Umpiérrez desde afuera del área que obligó a la primera intervención de Rodrigo Saracho.

Luego llegaron dos aproximaciones más del mirasol, pero de ahí en adelante, el partido cayó en un pozo y todo se volvió extremadamente lento. Apenas hubo dos polémicas con protestas a los 24’ por una supuesta falta sobre Maxi Silvera en el área local que no fue y otra a los 40’ por presunta mano de un defensor de Bulo Bulo desestimada por el VAR.

Pero en ese contexto –de lentitud y nula intensidad– el que estaba haciendo mejor negocio era el equipo de Diego Aguirre porque tenía a San Antonio Bulo Bulo alejado del arco de Guillermo de Amores.

Los de Joaquín Monasterio no lograron hilvanar buen fútbol en la ofensiva y sus aproximaciones se limitaron a remates de media distancia altos y afuera. Para peor, cuando las cosas al equipo no le salían en cancha, bajaba el reproche de la tribuna en una fresca noche de 14 grados en el Estadio Félix Capriles, que no tuvo más de 4.000 espectadores.

Y esa discreta primera parte, Leo Fernández manejó los hilos del ataque aurinegro, pero Umpiérrez fue el más activo en la ofensiva: presionó, corrió, jugó e intentó algo diferente al igual que Pedro Milans, quien buscó siempre desdoblarse.

Oswaldo Blanco ante la marca de Nahuel Herrera en el partido entre San Antonio y Peñarol por Copa Libertadores.
Oswaldo Blanco ante la marca de Nahuel Herrera en el partido entre San Antonio y Peñarol por Copa Libertadores.
Foto: EFE.

Por otro lado, Nahuel Herrera superó con creces el duelo con Oswaldo Blanco y no pasó zozobras al igual que Léo Coelho, pero el que sí volvió a tener algunos problemas para defender fue Maximiliano Olivera por la izquierda de Peñarol, banda por la que Bulo Bulo procuró hacer daños con algunos desbordes sin peligro.

Eso preocupó y ocupó a un Diego Aguirre que para el complemento hizo variantes. Mandó a la cancha a Lucas Hernández por Olivera y a Eric Remedi por Rodrigo Pérez en la mitad de la cancha.

La segunda parte arrancó como la primera: Peñarol protagonista. En pocos minutos, el aurinegro tuvo un remate de Milans desde afuera del área con una gran atajada de Saracho y luego un cabezazo de Maxi Silvera apenas afuera.

Y la diferencia con la primera parte fue que no hubo pozo. El aurinegro levantó y siguió atacando. Antes de la hora de partido, Aguirre volvió a mover el banco y mandó a la cancha a Diego García y a Javier Cabrera, quien volvió tras más de un mes de inactividad por un desgarro y a los 68’ se perdió un gol increíble.

El festejo de Maximiliano Silvera en el partido entre San Antonio y Peñarol por Copa Libertadores.
El festejo de Maximiliano Silvera en el partido entre San Antonio y Peñarol por Copa Libertadores.
Foto: AFP.

Pero tanto lo buscó Peñarol que lo terminó encontrando. A los 74’, Leo Fernández –volcado a la izquierda– puso una pelota venenosa al área y apareció Maximiliano Silvera para poner el 1-0 con una exquisita definición.

De ahí en más el partido fue todo de un Peñarol que dominó y lo liquidó en los descuentos con gol de Lucas Hernández vestido de goleador y con una gran definición de Silvera.

El aurinegro despegó, ganó en Bolivia y pasó a liderar el Grupo H tras una gran victoria basada en la confianza y la personalidad. Capítulo aparte para los 200 hinchas de Peñarol que no pararon de alentar en todo el partido y se hicieron sentir en Cochabamba. Se volvieron todos locos de la vida.

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