Los riesgos “contrapuestos o ambiguos” sobre la inflación de los que advierte el presidente del Banco Central

Guillermo Tolosa se refirió a los factores inflacionistas y desinflacionistas que están actuando sobre la inflación; la meta es bajarla a 4,5% en un año; para ello se apunta a una política contractiva

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Guillermo Tolosa
Guillermo Tolosa.
Foto: Banco Central del Uruguay.

El Banco Central (BCU) definió este martes por unanimidad, un incremento de 25 puntos básicos en la tasa de interés, ubicándola en 9,25% e ingresando así en una instancia contractiva de la política monetaria. ¿Qué significa esta decisión; qué impacto tiene la “fase contractiva”; qué está pasando a nivel internacional que impacta en la inflación en Uruguay?

El presidente del BCU, Guillermo Tolosa, abordó estos temas en una reunión con periodistas este miércoles, en la que destacó que una tasa de interés más alta permitirá un “acercamiento más rápido a la meta de inflación”.

En la reunión del pasado martes del Comité de Política Monetaria (Copom), se manejó que la política monetaria estaba “en el entorno de la neutralidad”, pero esto ha cambiado.

“Ahora el Banco Central está dando señales claras que quiere ser contractivo en la economía; quiere tener un impacto tal, de acercarnos a la meta de inflación”, dijo Tolosa. Esto refuerza la idea de que uno de los objetivos principales de esta nueva istración es bajar la inflación a 4,5% anual, tal como el propio Tolosa anunció al asumir su cargo.

La inflación en marzo fue 5,67%, con lo que se llegó a 22 meses consecutivos dentro del rango meta establecido por las autoridades anteriores del Central —de entre 3% y 6%—, pero las expectativas empresariales y del mercado para los próximos dos años están muy cerca del techo de ese rango, lo que representaría un riesgo de que salga del mismo.

Si el BCU llega con 24 meses consecutivos de mantener la inflación en ese rango meta (también llamado “rango de tolerancia”), se cumpliría una de las grandes promesas históricas del organismo.

La decisión del ente regulador de aumentar la tasa en 0,25% fue tomada ante los riesgos de desaceleración de la económica mundial, desencadenados por las medidas arancelarias impuestas por la istración Trump en los últimos días, que alimentó una ya alta incertidumbre del entorno (“más allá de lo normal”, al decir del ministro de Economía y Finanzas, Gabriel Oddone).

El BCU se ha propuesto ubicar la inflación en 4,5% para marzo de 2027, y luego también seguir bajándola.

Fuerzas contrarias en pugna

Tolosa reconoció que, si bien la inflación se ubicó en marzo muy cerca del tope del rango meta (5,67%) y el mercado tal vez “se asustó” por ello, el dato resulta un poco “engañoso” ya que, en realidad, “no fue una mala noticia”, dijo. Esto, considerando que, en términos mensuales anualizados, la inflación subyacente (es decir la menos volátil, la más persistente, que es la que más preocupa) sí converge al objetivo de la política monetaria.

Guillermo Tolosa, presidente del Banco Central (BCU).
Foto: Francisco Flores

“Es un logro gigantesco que la economía uruguaya haya procesado la depreciación de la moneda (que llegó hasta fines del año pasado) y se mantuviera la inflación dentro del rango. Hoy podemos decir que en marzo se superó toda capacidad de efecto rezagado de la depreciación que llegó hasta diciembre de 2024. Aumentó sí la inflación, pero estamos de vuelta donde debemos estar”, afirmó Tolosa.

En ese contexto, el presidente del BCU proyectó que en los próximos meses se verá una caída significativa de la inflación en el país, acorde a la tendencia desinflacionista global. “La dinámica se torna a nuestro favor. Ya sabíamos que en marzo iba a ser malo y ahora los datos van a ser mejores”, reafirmó.

Al hablar de fuerza desinflacionista, Tolosa se refiere a que los aranceles impuestos desde Estados Unidos han impactado en los precios de las materias primas con caídas de entre el 7% y 10% (carne, soja, otros alimentos, el petróleo), lo que impacta el Índice de Precios al Consumidor (IPC).

En tal sentido, sostuvo que “la meta de inflación va a ser más accesible de lo que se creía en la reunión del Comité de Política Monetaria anterior (a la del pasado martes)”, dijo Tolosa.

Sin embargo, hay otra cara del shock externo que es una fuerza contraria a la desinflación por el posible efecto sobre el tipo de cambio. Es decir, los shocks de incertidumbre a nivel global generalmente se traducen en ventas masivas de los activos más riesgosos que incluyen a las monedas emergentes y, por ende, el peso suele depreciarse en ese contexto.

Lo cierto es que, hasta el momento, esto último casi no ha sucedido y, de ocurrir, el efecto podría ser más limitado que en ocasiones anteriores porque “las reglas que reinan este shock son distintas a las anteriores”, evaluó Tolosa.

“Si el tipo de cambio llega a $ 47, nos podemos salir del rango de tolerancia de inflación”, advirtió seguidamente.

En suma, en el mercado internacional se están dando fuerzas desinflacionarias, pero también presiones al alza, a lo que suma en el plano local las dudas sobre el régimen monetario que complican el panorama con expectativas desancladas; de ahí la decisión de elevar en 0,25% la tasa de política monetaria.

Copom: se llevó a cabo la primera reunión bajo la istración de Guillermo Tolosa
Copom: se llevó a cabo la primera reunión bajo la istración de Guillermo Tolosa
Foto: Banco Central

En este momento, el BCU se enfoca en aumentar su credibilidad para que las expectativas del mercado estén más ancladas en relación a las proyecciones de inflación del organismo. Una alineación de expectativas actuaría a favor de una mejor formación de precios y negociación de salarios.

Ya en su asunción a la presidencia del organismo el pasado 24 de marzo, Tolosa dijo que “el BCU dará más certezas sobre una inflación baja y estable”, apuntando no sólo a la meta del indicador sino a la confianza en el mercado, en un entorno mundial complicado.

Cabe agregar que analistas consultados por El País afirman que la política monetaria contractiva puede impactar en el nivel de actividad del país a la baja a corto plazo, pero consideran que, a largo plazo, la baja de la inflación que se logre con la contracción, puede ser capaz de disparar dinámicas positivas en la economía.

Crecimiento mundial en menos

Tolosa destacó que “si las medidas arancelarias del ‘Día de la liberación’ (de Trump) se mantienen, los analistas internacionales esperan un deterioro significativo en las proyecciones de crecimiento de Estados Unidos”.

También está en el escenario que este shock se aplaque en pocas semanas, si responde esencialmente a una estrategia de negociación por parte del país del norte. En esa línea podría estar la decisión de Trump de ayer de postergar 90 días los aranceles a la mayoría de los países (exceptuando China).

Aun así, según Golden Sachs, la probabilidad de una recesión de Estados Unidos es del 45%, cuando antes de las medidas del presidente republicano estaban en menos del 20%. Es claro que la coyuntura estadounidense se traducirá en recesión mundial.

Tolosa observó finalmente cómo el “shock gigantesco” de los nuevos aranceles altera completamente las dinámicas del comercio que se han dado hasta ahora. Y que la caída de las bolsas que este fenómeno provocó, estuvo entre las tres peores en los últimos cien años.

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