Institución con más de 130 años de trayectoria en la formación técnica y humana de jóvenes en Uruguay, Talleres Don Bosco ha emprendido una iniciativa estratégica para modelar la capacitación de los futuros especialistas en electromovilidad. Guiados por la pregunta fundamental "¿Cómo te imaginás la formación de los futuros técnicos en electromovilidad?", Talleres organizó un "World café", es decir, una instancia de diálogo y cocreación, para proyectar juntos y pensar estrategias con las que seguir creciendo en esta profesión.
Este evento reunió a empresas del sector automotriz y energético, técnicos, docentes, exalumnos y mecánicos en actividad, con el propósito de desarrollar soluciones educativas que preparen de manera óptima a los profesionales del mañana en un campo tan dinámico y crucial.
“Desde el año 2000 Talleres trabaja con un sistema competencial que la trasformación educativa extiende ahora a todo el sistema” afirmó en la apertura del World Café el padre Sebastián Ferreyra, director de Talleres Don Bosco. “Nuestra casa nació con la vocación de ofrecer oportunidades reales de crecimiento a los jóvenes. A lo largo de los años, esa vocación se ha traducido en formación técnica de calidad, en una fuerte apuesta por la innovación y en el deseo constante de ser un lugar de referencia para quienes buscan transformar la realidad a través de la educación y el trabajo.”

Anticipados
La electromovilidad no es un campo nuevo para Talleres Don Bosco. Desde 2019, la institución ha estado reflexionando e innovando en esta área, iniciando sus primeros cursos en 2021. Este compromiso se ha visto reconocido con el Premio Nacional de Eficiencia Energética en el ámbito educativo en 2023 y 2024, otorgado por el Ministerio de Industria, Energía y Minería, posicionándolos como referentes.
Su enfoque ha incluido la capacitación docente, como la formación de técnicos en la Universidad Politécnica de Madrid durante 2020, y la progresiva incorporación de instrumental especializado para asegurar un aprendizaje práctico y pertinente. Hasta la fecha, unos 130 alumnos han sido capacitados a través de estos programas, incluyendo cursos cerrados para empresas del sector.
El reciente "World café" se diseñó para ir un paso más allá, buscando construir colectivamente el futuro. Los participantes trabajaron sobre tres ejes fundamentales: el diseño del espacio físico del taller-aula, las prácticas profesionales que lo habitarán y el equipamiento e instrumental necesarios para un aprendizaje técnico de calidad. La meta es diseñar un entorno de formación que no solo responda a los estándares del sector, sino que también recoja las necesidades reales y expectativas concretas de quienes están en el día a día de la producción, enseñanza y aprendizaje en el ámbito de la electromovilidad.
Los objetivos son claros y ambiciosos. José María Caballero, subdirector del área de cursos cortos de la institución, explica la motivación detrás de estas instancias: "Más que carencias, lo que nos motiva a esta instancia es poder proyectarnos para dimensionar aún más el potencial del trabajo en electromovilidad en nuestra Casa: Talleres Don Bosco".
La institución ya cuenta con un laboratorio de movilidad eléctrica, pero proyecta mejoras para un mayor y mejor desarrollo. Esta expansión física y conceptual tiene como fin que el nuevo espacio "cumpliendo con las normativas de seguridad vigentes, permita formar a los futuros mecánicos eléctricos, de acuerdo a los requisitos y necesidades de la industria".
Un aspecto central de esta proyección es la integración de estos contenidos en la currícula formal. La formación en electromovilidad se incorporará de manera robusta en los bachilleratos técnicos profesionales, específicamente en el de Automotores, que actualmente cuenta con 170 alumnos entre sus tres años. Caballero señala que "la intención es poder incorporarlo a la currícula competencial de talleres".
Se prevé que los estudiantes que ingresen al tercer año del bachillerato en el próximo ciclo lectivo ya trabajarán estos contenidos específicos. Para asegurar la calidad de esta enseñanza, la institución invierte en la preparación de sus educadores, desarrollando actualmente un plan piloto interno de "formador de formadores", junto a la universidad finlandesa HAMK.
Tradición
Fiel a su tradición pedagógica, Talleres Don Bosco pone un fuerte acento en el aprendizaje práctico. "Para nosotros es clave que sepan hacer. Una cosa es, obviamente, tener los conocimientos. Pero también saber cómo hacer los procedimientos de forma segura. Eso es clave para nosotros", afirma Caballero. Esta filosofía del "meter mano", explica, es especialmente crítica en la electromovilidad, un campo que introduce nuevos y significativos desafíos.
Caballero destaca que la transición del trabajo mecánico a uno que involucra alta tensión eléctrica "requiere de mucha concentración, de mucha competencia atencional. Se trata de la actitud frente a ese trabajo. Entonces, requiere de otra formación, sobre todo en la seguridad". La adquisición de competencias en seguridad desde la base es, por tanto, un pilar fundamental de su propuesta formativa, buscando que los alumnos pierdan el miedo, pero internalicen los altos riesgos asociados.
Con la décima edición de sus cursos cortos de electromovilidad en marcha y la vista puesta en futuras áreas como el hidrógeno en la autopropulsión y la micromovilidad eléctrica, Talleres Don Bosco reafirma su compromiso con la innovación educativa.
Esta visión de futuro busca asegurar que sus planes de estudio se mantengan actualizados y que sus egresados no solo sean competitivos en un mercado laboral en constante evolución, sino que también contribuyan activamente al desarrollo sostenible y al cuidado del medio ambiente. La institución se posiciona así como un actor ineludible en la formación de los técnicos que Uruguay necesita para la transición hacia una movilidad más limpia y eficiente.