EFE
En la guerra en Ucrania la aceptación de un alto el fuego está del lado ruso. Así lo dejaron claro ayer los aliados de la OTAN, que demandaron a Rusia a aceptar sin condiciones y sin más dilación un alto el fuego.
“Obviamente, ahora la pelota está en el tejado ruso. Así que tenemos que ver qué ocurre”, indicó el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, al término de dos días de reunión de los ministros de Exteriores de la Alianza en Bruselas.
Rutte elogió los esfuerzos diplomáticos de Estados Unidos para poner fin a la guerra en Ucrania, y que sume a los países europeos y a Ucrania en las negociaciones.
Aseguró que Estados Unidos, al igual que el resto de aliados, sigue viendo “absolutamente” a Rusia como la mayor amenaza para la OTAN.

Varios aliados expresaron que Rusia no puede dilatar sine die las conversaciones con Estados Unidos, y su secretario de Estado, Marco Rubio, zanjó en declaraciones a la prensa que espera saber “en cuestión de semanas, no de meses”, si Moscú “se toma en serio la paz” en Ucrania.
El ministro francés de Exteriores, Jean-Noël Barrot, afirmó en una comparecencia junto a su homólogo británico, David Lammy, a su llegada a la reunión, que Rusia “debe una respuesta a Estados Unidos, que ha trabajado muy duro para presentar un esfuerzo de mediación y una propuesta de alto el fuego”.
“Tienen que dar una respuesta. Tiene que ser sí. Tiene que ser no. Tiene que ser una respuesta rápida”, enfatizó.
Aseguró que, en este momento, el “principal problema” es que el presidente ruso, Vladímir Putin, “está procrastinando, está tratando de evitar esas conversaciones de paz, y nuestra responsabilidad como amigos y socios de Ucrania es aumentar la presión para conseguir que se siente en la mesa de negociación”.
“Ucrania no es el obstáculo para la paz. La pelota está ahora en el lado ruso”, recalcó el ministro ucraniano de Exteriores, Andrí Sibiga, que también participó en la reunión.

Consideró “obvio quién quiere la paz y quién quiere la guerra”, y pidió aumentar la presión a Rusia para que acepte la paz. “No debemos permitir que Rusia dé largas al asunto”, apostilló.
El ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, dijo que “Ucrania ha demostrado su voluntad para la paz” y que “ahora le toca a Rusia demostrar si quiere paz o si prefiere seguir con su guerra de agresión”.
“Rusia tiene que decir sí al alto el fuego que está encima de la mesa dentro de un periodo razonable. No podemos estar eternamente esperando”, señaló Albares.
Su homólogo estonio, Margus Tsahkna, afirmó que Putin no apuesta por la paz ahora mismo sino que “está pidiendo más, pide nuevas condiciones”.
“Debe haber líneas rojas en la mesa”, argumentó.
“Está muy claro: Rusia ha atacado a otro país y no ha renunciado a sus objetivos”, alertó por su parte la jefa de la diplomacia de la Unión Europea, Kaja Kallas, quien añadió que, “a menos que hagamos nuestros deberes en gasto en defensa, estaremos bajo amenaza nosotros mismos”.
Los de la OTAN abordaron en esta ministerial el incremento del gasto en defensa, cuyo objetivo se espera elevar del 2% del PIB a una nueva cifra que se baraja entre el 3 y el 3,5%.
Rutte instó a que las discusiones entre aliados sobre los aranceles impuestos por Estados Unidos a sus socios comerciales se mantengan “separadas” y que no interfieran en el objetivo de defensa común.

Reconoció no obstante que “siempre puede ser un problema que el dinero que esperabas que hubiera no esté ahí debido a la inflación o al hecho de que el PIB no esté creciendo como preveías”.
Por su parte, Rubio insistió en su mensaje de gastar el 5% del PIB en defensa: “No digo de hoy para mañana, pero creemos que es lo que deben gastar los aliados de la OTAN (...) para afrontar los retos que ha identificado”.
Ataque ruso a ciudad natal de Zelenski
Al menos 16 personas murieron, entre ellas seis niños, en un ataque ruso con un misil balístico en el centro de la ciudad de Krivi Rig, la localidad natal del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, según autoridades locales. Más de 50 personas han resultado heridas en el ataque, que iba dirigido contra el centro de esta localidad, que antes de la guerra tenía 600.000 habitantes y está situada en la región de Dnipropetrovsk.