AFP, EFE
El juicio por el espectacular asalto a Kim Kardashian en su habitación de hotel en 2016 durante la Fashion Week de París, donde una banda de “abuelos ladrones” en bicicleta le robaron diez millones de dólares en joyas, comenzó ayer lunes en la capital sa.
Rodeado de una enorme expectación mediática, el proceso, presidido por el juez David De Pas, debe transcurrir hasta el 23 de mayo en el histórico Palacio de Justicia de París.
Kim Kardashian, de 44 años, tiene previsto testificar en persona el 13 de mayo.
Los diez acusados son 9 hombres y una mujer, cuyo promedio de edad rondaba los 60 años en el momento del robo. Nueve años después, muchos tienen el pelo blanco y algunos llevan bastón o audífono.
En ausencia de Kardashian solo parte de los 400 periodistas acreditados se desplazaron para este primer día de juicio ultramediático.
Para Aomar Ait Khedache, apodado “Omar el viejo”, a punto de cumplir 69 años y que ha perdido la audición y el habla, estenotipistas transcriben la audiencia. Responde escribiendo con la mano en un retroproyector que reproduce sus palabras. Y a veces levanta el pulgar para decir que sí
El ex boxeador Didier Dubreucq, apodado “Ojos azules”, recibió las autorizaciones de la corte para ausentarse a su quimioterapia. Y tres acusados recibieron permiso del presidente del tribunal para ir a orinar cada vez que lo necesiten.
También en el banco de los acusados está Christiane Glotin (79 años), una pequeña anciana chic, y Yunice Abbas (71 años), que desea pedir excusas a Kardashian, según su defensa.
Yunice Abbas es uno de los pocos que ha reconocido abiertamente haber estado implicado (los investigadores encontraron rápidamente su ADN), e incluso ha escrito un libro en el que relata la versión de los hechos.
Tanto Glotin como Abbasal, igual que otros de los que están inculpados, como Marc Boyer, tienen un largo historial delictivo a sus espaldas, con muchos años de prisión. Sus condenas pasadas hacen que, en caso de que sean declarados culpables esta vez, sus penas se verían aumentadas por el agravante de reincidencia.
Se da la circunstancia de que tanto Aomar Ait Khedache como Marc Boyer se sientan en el banquillo junto a dos de sus hijos supuestamente también implicados, Harminv Ait Khedache y Marc-Alexandre Boyer, respectivamente.
Glotin, la única mujer acusada, ha sido la pareja de Aomar Ait Khedache durante muchos años.

El robo
El 3 de octubre de 2016, hacia las 03.00 de la madrugada, dos hombres encapuchados irrumpieron a punta de pistola en la habitación de hotel en la que se alojaba la famosa influyente estadounidense, que estaba en París para asistir a la Semana de la Moda.
Los asaltantes la apuntaron con una pistola y uno de ellos, según el relato de Kardashian a la policía, se dirigió a ella en inglés con “un fuerte acento francés” y le pidió que le diera su anillo.
Después, la ataron y amordazaron y la encerraron en el cuarto de baño.
El anillo era la alianza de compromiso que le había regalado su marido de entonces, el rapero Kanye West, una joya valorada en cuatro millones de dólares, y que Kardashian, que entonces tenía 35 años, exhibía en las redes sociales al igual que el resto de su vida.
Kardashian colgaba frecuentemente en las redes sociales publicaciones en directo sobre donde estaba, por lo que la tentación era demasiado fuerte para los “abuelos ladrones”, como los apodó la prensa por su edad, que entonces rondaba los 60 años.
“No fue un gran robo a mano armada”, sino un “trabajo fácil”, declaró el principal acusado, Aomar Ait Khedache, identificado por su ADN. El ladrón reconoció que había atado a Kardashian, pero niega ser el cabecilla, como afirman los investigadores.
Ait Khedache, que cumplirá los 70 a finales de esta semana, dijo que está jubilado cuando el presidente le preguntó por su profesión.

El asalto fue rápido -unos diez minutos-, pero dejó traumatizada a la superestrella.
En total, los ladrones se llevaron 10 millones de dólares en joyas. Este caso es considerado el mayor robo a una persona en los últimos 20 años en Francia.
De todo el botín, solo se halló un collar en la calle que los atracadores dejaron caer durante su huida. Se cree que el oro fue fundido y los investigadores, que incautaron cientos de miles de euros en casa de los ladrones, piensan que una gran parte de las joyas fue vendida en Bélgica.
Estos “bandidos a la antigua”, como los calificaron los investigadores, fueron detenidos tres meses después del robo.
Kardashian, estrella de la telerrealidad y empresaria multimillonaria muy influyente en las redes sociales, contaba con unos 84 millones de seguidores en Instagram en 2016. Hoy ascienden a 357 millones.
Pero, sus atracadores parecían conocer poco de ella. En el hotel, amenazaron al recepcionista, al que preguntaron por “la esposa del rapero”. No se dieron cuenta de quién era realmente hasta después, cuando vieron el alcance mediático e internacional del robo.
En su huida, los ladrones dejaron numerosas pistas, incluido el collar que se les cayó en la calle mientras huían a pie o en bicicleta. En enero de 2017, esas pistas permitieron a la policía detener a los sospechosos, que fueron inicialmente encarcelados, aunque tras un periodo de prisión preventiva fueron dejados en libertad bajo control judicial.
Una fama que le vino desde la infancia
Nacida en Los Ángeles en 1980, la infancia de Kim Kardashian transcurrió alrededor de la fama. Luego del divorcio de sus padres, en 1991 su madre se casó con Bruce Jenner, campeón olímpico de decatlón en 1976, quien hizo la transición de género y ahora se llama Caitlyn. Su padre, Robert, fue el abogado de O.J. Simpson en su juicio por homicidio en 1995. Pero fue la filtración de un video sexual casero junto a un novio lo que la hizo mundialmente conocida. El video, grabado cuatro años antes, apareció justo cuando Kardashian y su familia se preparaban para promocionar el reality “Keeping up with the Kardashians”.