Redacción El País
Entre pirotecnia, gritos de euforia y los abrazos de Enrique Antía, Miguel Abella dio esta noche su primer discurso como intendente electo de Maldonado. Fue recibido en el pequeño escenario al grito de "Vamo', Abella, vamo'" y no pudo evitar emocionarse cuando su nieto tomó el micrófono y le habló a la militancia.

Abella era el director general de istración y Recursos Humanos e ingresó a trabajar a la intendencia maldonadense con apenas 17 años; se fue algunos años después, pero regresó en 1990. Más adelante se desempeñó como secretario en las cámaras de Representantes y Senadores, estuvo en el directorio de UTE y entre 2007 y 2008 participó en la primera edición de la Escuela de Gobierno. Es el delfín de Enrique Antía, quien había sido reelecto en 2020 y por tanto no podía volver a postularse.

Esta noche, Antía se mostró exultante a la hora de hablar en público antes de que lo hiciera su flamante sucesor. "Este es un momento para disfrutar del esfuerzo de todos. Yo he visto en estos meses a las distintas agrupaciones, todas trabajando unidas, en el mano a mano, dando la cara con los vecinos, pidiendo la confianza. La gente de Maldonado le dio la confianza porque no se les falló nunca, y esa es la base del movimiento Todos por Maldonado. Todo aquello que nos hemos comprometido en estos 10 años se cumplió, y más. Y esa es la semilla que el Pelado tiene para adelante", dijo. "Maldonado castigó el tipo de política del palo en la rueda y del no a todo (...) Ir en contra de todo va en contra del pueblo".

Antía aseguró que Abella "sin dudas que va a ser el capitán del equipo" ya que "tiene todas las condiciones y la humildad para hacerlo".

Foto: Ricardo Figueredo.

Finalmente y luego de que varios integrantes de la campaña, incluido el colorado Fernando Alvez, subieran al escenario a decir algunas palabras, llegó el turno de Abella. Pero antes de que "el Pelado", como se lo conoce popularmente, tomara el micrófono, su nieto Lautaro, quien más temprano lo había acompañado a votar, se acercó el micrófono y dijo ante los militantes: "Quiero que todos vivan felices por toda la vida".

La frase dejó a Abella con lágrimas en los ojos, y su discurso fue bien breve. "Las palabras de mi nieto no estaban enseñadas, salieron de él, y ese es el espíritu que yo quiero crear en el Maldonado que viene", aseguró, antes de ser saludado con una ovación y un coro de bocinas que le dieron color al clima del lugar.