Redacción El País
“Una tercera vía”. Así presentó el senador Luis Alberto Heber su candidatura a la presidencia del directorio del Partido Nacional. Lo hizo como una forma de desmarcarse de las otras dos opciones ya perfiladas y que responden a los grupos mayoritarios dentro de la fuerza política: Javier García —referente de Alianza País— y Álvaro Delgado —representante del sector Aire Fresco, quien aún no tomó una decisión.

También ronda el nombre de la ex vicepresidenta Beatriz Argimón, una de las referentes del sector D Centro, que cuenta con un senador, cuatro diputados y tres intendentes. Todo se resolverá en la convención nacional que se realizaría, con sus 500 integrantes, el 28 de julio.

Se trata de una competencia interna en el Partido Nacional en la que el expresidente Luis Lacalle Pou —que se autoexcluyó de la contienda y dejó en claro que está “para empujar el carro" en los próximos cuatro años— marcó ciertos lineamientos. Uno de ellos es que, quien presida el directorio, no puede tener aspiraciones presidenciables y se tiene que dedicar full time. También —según reconstruyó El País de un encuentro de hace un mes— indicó la necesidad de reorganizar al partido desde este órgano.

En esa línea se dio un poco la presentación de Heber dado que confirmó que, de ganar la presidencia del directorio, renunciará a su banca en el Senado y no ocupará ningún cargo electivo en las próximas elecciones, como puede ser una lista para el Parlamento, donde está de manera ininterrumpida desde el regreso de la democracia. Esto último, aseguró en una conferencia de prensa en el anexo del Palacio Legislativo, es para “no generar la suspicacia interna” de que se hace en “beneficio de determinado sector o individuo”.

Sí quiere ser convencional, para lo que se presentaría en las elecciones internas de 2029.

Y añadió el líder del Herrerismo, sector que tiene un senador y dos diputados: “Esto no es mirando hacia atrás, es mirando hacia adelante”.

Su objetivo es buscar la “unión del Partido Nacional”, que es lo que más le “preocupa”. Ante la consulta de por qué no apoya a García —que expresó la misma intención de generar unión a la interna—, contestó: “Creemos que, en este caso, somos quienes más unimos al partido”.

Heber, además, marcó que es “muy importante” plasmar el para qué quiere presidir el directorio del partido, algo que no ha visto en “otras candidaturas”. En ese sentido, reafirmó: “Acá hay rumbo, ya fui presidente del directorio (entre 2011 y 2018), conozco al partido y su dirigencia, y sé dónde tenemos que trabajar para mejorar nuestra comunicación y cercanía con la gente”.

Uno de los para qué de Heber es mejorar el despliegue territorial: “Es bueno en el interior (el del Partido Nacional), no así en Montevideo y muchas ciudades de Canelones. Es de vital importancia internarnos en la vida social de los departamentos, barrios y comunidades”.

Por otra parte, afirmó que se debe tener un “mejor cuadro de formación partidaria”. Esto bajo el entendido de que la “actividad partidaria cada día requiere mayores niveles de formación” de los dirigentes. Y aclaró: “No es que sean profesionales sino que estén debidamente informados de lo que hace el Partido Nacional en el Parlamento, en su rol opositor, en las empresas públicas controlando al gobierno, así como en la Junta Departamental, los municipios y las intendencias. De modo de estar mejor comunicados internamente y metidos en la trama social”.

Foto: Ignacio Sánchez

En los próximos días habrá reuniones de Aire Fresco, D Centro y Por la Patria —sectores con cierta afinidad— para definir el “para qué” y la persona que será la candidata.

Desde Aire Fresco —uno de los sectores mayoritarios del Partido Nacional— señalaron a El País que la candidatura de Heber es para lograr posicionarse para lograr una silla en el directorio. Esto dando a entender que no tiene los apoyos necesarios para conseguir la cantidad necesaria de votos en la convención a realizarse en junio.

Por otra parte, el sector Alianza País —el otro sector mayoritario— impulsará la candidatura de García, lo que se ratificó en un encuentro en Atlántida el 26 de enero.