Mujeres empresarias en Uruguay; las redes de apoyo que existen y los desafíos pendientes

Actores vinculados al mundo emprendedor y empresarial coinciden en la importancia de generar comunidad para impulsar el desarrollo femenino en el empresariado local

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Mujeres
Unión de mujeres.

Solo en el 11% de las empresas uruguayas hay mujeres en cargos de máxima autoridad, mientras que en América Latina y el Caribe el porcentaje llega al 21% según un informe de ONU Mujeres. Una de cada 10 llega a cargos de decisión y dos de cada 10 son líderes en mandos medios. En el ranking de reputación empresarial de Merco la participación femenina en los primeros 10 puestos es del 10%, mientras que en el total del ranking es del 20%. El mejor de los años de presencia femenina en ese estudio fue el 2019 cuando la participación de las mujeres en los primeros 10 puestos de la cateogría de «prestigio empresarial» llegaron a tres de cada 10.

Esos números siguen mostrando que existe brecha de género, y que aún la participación de las mujeres en los negocios tiene espacio para crecer.

Empresas, academia y organizaciones sin fines de lucro en el país, han impulsado redes de apoyo que fomentan la participación femenina en el mundo corporativo, la inversión y el emprendedurismo. Espacios donde pueden buscar ayuda y acompañamiento en los desafíos que comparten con otras mujeres, como miedos o dificultades tales como la gestión del tiempo, la carga de trabajo no remunedado o el compartir la vida profesional con la maternidad.

La presencia de las mujeres en los negocios se potencia con la creación de comunidad y la sororidad, y esa relación de solidaridad y entendimiento potencia el empoderamiento femenino.

La mirada

Magdalena Giuria, decana del Campus Punta del Este de la Universidad Católica del Uruguay (UCU), recordó un informe que la Universidad realizó hace cinco años para la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Entre otras cosas, daba cuenta de cómo, de 250 herramientras para emprender relevadas, una minoría apuntaba exclusivamente a mujeres o tenían perspectiva de género. «Lo cierto es que los espacios que hay no necesariamente son para mujeres. Son espacios para emprendedores en general, y algunos tienen más perspectiva de género que otros. La cosa está en la mirada que se le da al trabajo», indicó.

Formar parte de redes de apoyo es importante, reconoció, y destacó a Emprendedora LAC, una comunidad de emprendedoras de base tecnológica de América Latina y el Caribe que trabaja en varios países, cuenta con grupos de Whatsapp y realiza reuniones virtuales periódicamente. Integrar equipos de este tipo permite apoyarse en pares que tienen preocupaciones comunes, dijo.

Fernanda Castellanos, directora ejecutiva de la Organización de Mujeres Empresarias, Ejecutivas y Emprendedoras del Uruguay (OMEU), coincidió. Lo importante, dijo, radica en entender que las soluciones a las problemáticas de las mujeres deben atenderse «con lentes de género», porque su realidad es diferente a la de los hombres. Muchos de los desafíos y problemáticas que enfrentan las mujeres tienen que ver con temas culturales y creencias limitantes, explicó, pensamientos que «no nos habilitan a creer que podemos lograr nuestros objetivos». ¿Cómo hacerle frente a esos obstáculos? «En comunidad es mejor», sostuvo.

Mujeres trabajando juntas

OMEU cuenta con mentoras que acompañan a las socias en sus proyectos, y además lleva adelante programas como Más Emprendedoras y Más Ejecutivas, espacios de diálogo, formación e intercambio en los que se busca ver a la mujer de forma integral y de esa misma manera trabajar diferentes temas.

Anna Chiara Ortolani lideró el programa de género Más Emprendedoras del cual surgió el hoy impartido por OMEU, «en la época en la que casi nadie hablaba del tema», contó Pablo Pereira, director del centro de liderazgo, emprendimientos e innovación de la Universidad de Montevideo (UM), Initium. Actualmente Ortolani lidera el programa de inversión para startups del centro, que si bien no tiene una red de apoyo específica para mujeres, incluye la temática de género en la base de los procesos y los criterios de evaluación, comentó. «Entendemos que el rol de las mujeres en venture capital es una clave para que el ecosistema sea más equitativo», sostuvo.

Desafíos compartidos

Uno de los problemas que enfrentan las empresarias, principalmente aquellas que se desempeñan en roles de liderazgo, es la soledad, comentó la directora ejecutiva de OMEU. Es un problema compartido, así como el de las creencias limitantes, y uno de los desafíos que busca atender la Red de Mujeres Ejecutivas (RedMe), que nació en 2020 como «un lugar de encuentro que nos permita ser agentes de cambio para acelerar los procesos que nos lleven a equidad en lugares de decision», detalló su presidenta, Ana Gatti. La red se creó inspirada en una organización chilena similar, y trabaja con mujeres vinculadas a empresas. Lleva adelante actividades como charlas y encuentros para hacer networking y cuenta con un grupo de mentoras que acompañan a socias.

RedMe trabaja en conjunto con otras redes de apoyo, porque existe una potencia en la red de redes, comentó Gatti, quien resaltó el concepto de «co-construcción» y destacó la importancia de potenciar el trabajo entre mujeres y hombres.

Variedad

Impulsar el trabajo de los demás, fue uno de los objetivos que, en 2014, el Centro de Innovación y Emprendimientos (CIE) de la Universidad ORT, buscó cumplir al impulsar el programa Mujeres que emprenden. A partir del mismo se desarrolló el proyecto Arena Emprendedora, un programa de formación con dinámicas de juego y talleres inmersivos para que las emprendedoras se animaran a experimentar y perdieran el miedo a fracasar. Más de 3.500 mujeres pasaron por ese programa que ya lleva 25 ediciones.

El CIE también creó la Academia Mujeres Emprendedoras, enfocada en la creación de planes de negocios para emprendimientos, y en la que ya han participado unas 400 mujeres. Y en 2024, llevó adelante el Women Punta Summit, un seminario en el que no se iba a escuchar una charla, sino que invitaba a intercambiar, y en el que 350 mujeres se reunieron.

Cada vez se ven más mujeres en el emprendedurismo, aseguró Enrique Topolansky, director del CIE. De 60 proyectos que el CIE apoya, actualmente 25 son liderados por mujeres. «Si bien algunos programas tratan temáticas específicas para este género, creemos que la comunidad tiene que se abierta y permeable para que pueda haber emprendedores que también puedan participar. Las redes de apoyo son importantísimas y hay que fortalecerlas», dijo, y compartió una idea con la que coincidieron los anteriores entrevistados: el trabajo no debe ser excluyente, mujeres y hombres se potencian. «Lo que tiene que haber es variedad», concluyó.

Finanzas, educación y libertad
Carolina Sur
Uno de los contenidos de Brújula Financiera es un curso impartido por Carolina Sur.

Para impulsar la educación financiera entre las mujeres, este 2025 la economista Carolina Sur, especialista en inversiones, comenzará un nuevo proyecto. Realizará una serie de desayunos gratuitos para hablar sobre finanzas y hacer networking.
«La idea es que seamos mujeres inversoras y que tengamos un lugar para poder hablar de estos temas, para no sentirnos solas. Que sea una comunidad donde se sientan cómodas para hablar sobre lo que les pasa con respecto al dinero», comentó.
Sur habló sobre la importancia de generar comunidad para potenciar a las mujeres en las finanzas, algo que fomenta con su trabajo en redes sociales con su cuenta Hola Soy Caro. Crear comunidad permite ver como hay dudas y miedos, compartidos y buscar una solución. «Las finanzas son como cuando queremos comer bien después de comer chatarra. Yo sé que puedo cambiar el chivito por la lechuga. Pero en finanzas no sabemos dónde conseguir la lechuga, no conocemos lo saludable porque nunca hablamos de eso», dijo. También, destacó como cada vez hay más personas interesadas en el mundo de las inversiones, y sostuvo que si bien el de las finanzas «es un mundo muy masculino» y «si no tenes idea es difícil meterte en un mundo de corbata», trabajar en red es muy positivo.
Este 8 de marzo presentará su libro «De gastadora a inversora, rompiendo con lo que se espera de nosotras».

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