Del 22 al 24 de junio se celebrarán las Jornadas Gardelianas en la Biblioteca Nacional y el Palacio Legislativo, con la participación de respetados investigadores nacionales y extranjeros. Algunos de ellos prometen presentar las pruebas definitivas que señalan que Charles Romuald Gardes y Carlos Gardel eran dos personas diferentes. Y que el Zorzal Criollo, que desarrolló su carrera principalmente en Argentina, era efectivamente uruguayo.
Uno de los investigadores que llegará a Montevideo es el argentino -radicado en España- Marcelo O. Martínez, quien pondrá la lupa sobre un período clave y poco explorado: la vida de Gardel en Uruguay en los albores del 1900. En su ponencia, reconstruirá cómo el joven artista se formó al calor del candombe, la milonga y las raíces folclóricas, especialmente en Montevideo, Tacuarembó y Paysandú.
Martínez destaca la influencia de figuras como Elías Regules, El Viejo Pancho, Juan Torora Escayola, y cantores de la talla de Arturo De Nava, Pepo Mayuri, y los hermanos Pedro y Juan Medina, entre otros. También documenta como, a comienzos de 1901, Gardel emprendió su primera gira artística antes de instalarse en el barrio del Abasto en Buenos Aires, llevando consigo el acervo cultural uruguayo y el acompañamiento de personalidades como el clan circense de los Podestá y el propio De Nava. “Las Jornadas Gardelianas serán decisivas para confirmar la nacionalidad uruguaya del cantor”, asegura Martínez a Domingo en comunicación desde Madrid.
Una de las pruebas que presentará el investigador es la fotografía que acompaña este artículo (en este caso, mejorada con IA). En la misma puede verse en la última fila a Carlos Gardel empuñando una guitarra, en una reunión que tuvo lugar en diciembre de 1903 en el recreo El Pasatiempo, en Isla Maciel, Barracas al Sud (hoy Avellaneda), Buenos Aires. Se trata de una visita que hizo a ese sitio la peña uruguaya La Criolla, fundada por Elías Regules en 1894 y que hoy sigue activa con el nombre de su fundador. Una reunión similar se había hecho dos años antes en el mismo lugar y también estuvo presente Gardel.
Según Martínez, a la izquierda de la imagen, de pie, se encuentra Elías Regules. Luego, la primera persona que aparece montada a caballo es Alfredo Carozzi, “el Varne”, novio de “la Negra” María Escayola, una prima de Gardel. Este hombre murió en 1904, por lo cual esa fotografía no puede haber sido tomada después. En la imagen hay otros uruguayos, como el actor y cantor Pablo Podestá y Juan “Torora” Escayola, también primo del Zorzal Criollo.
“Con esto queda descartado que sea Charles Romuald Gardes, quien se sabe que nació en 1890. De haber sido ‘el sito’, tendría unos 13 años, y el Gardel de la foto claramente tiene unos 20 años”, explica el investigador.

Carlitos en el Barrio Sur
Señala Marcelo O. Martínez que “a escasos pasos del Conventillo de Risso”, en una pensión conocida como El Varretero, ubicada en la calle Isla de Flores 177 (hoy Carlos Gardel 1174), alquilaba una habitación de ladrillos de barro un personaje fundamental en la juventud del Zorzal Criollo: Arturo Gregorio De Nava Marín, autor de “El carretero”, que compuso hacia 1894. Esta canción se convertirá en el tema favorito de Gardel y más tarde en uno de sus primeros éxitos a nivel local e internacional. También se llamó “El carretero” un cortometraje musical en blanco y negro que se filmó en 1931 en Buenos Aires, tomando su nombre de la misma canción.
Arturo De Nava compartía una estrecha relación con la “Negra María” Escayola y en el patio de la residencia se gestaban encuentros impregnados de canto y guitarreada. Gardel era asiduo de aquel espacio, sumergiéndose de lleno en los vibrantes movimientos musicales y artísticos que germinaban entre las paredes del conventillo.
En el mismo lugar, “Carlitos” habría recibido también otras influencias notables. El diario El País reseñó el 17 enero de 1982: “En 1960 recibimos una carta en la que se nos informaba que el periodista Labandeira había escrito, hacía muchos años en Treinta y Tres, que Gardel asimiló mucho, por los años iniciales del siglo, el estilo de José Majuri (Mayuri), el legendario ‘Pepo’, aquel tan melodioso cantor montevideano, cuya existencia se malogró en temprana edad”.
Tras una larga alianza de guitarras y voces, el 27 de julio de 1915, Juan Medina y Pepo Mayuri compartieron escenario con los debutantes Carlos Gardel y el también uruguayo José Razzano, en el Teatro Politeama de Montevideo, durante un festival a beneficio. Aquella noche fue más que un simple concierto: representó el reencuentro entre el pasado y el futuro del canto criollo, una conjura de recuerdos y amistades que nunca se borraría. Más adelante, Razzano pasará a ser responsable de los negocios del Zorzal Criollo, cuando este último se lanzó como solista.
Martínez destaca otros vínculos de Gardel con el Barrio Sur y otros barrios de Montevideo, sobre los que se explayará durante las Jornadas Gardelianas de junio.
Otros investigadores
Una de las protagonistas de las próximas Jornadas Gardelianas de Montevideo será la investigadora argentina Martina Iñiguez, quien presentará dos ponencias que prometen ser de alto impacto. En la primera, titulada “Carlos Gardel: Fotografías que definen su identidad”, propone una lectura detenida de las imágenes de infancia del cantor. A partir de un análisis fotográfico, sostiene que esas imágenes resultan incompatibles con la versión que ubica su nacimiento en Toulouse en 1890. “La fotografía nos ofrece una verdad difícil de ocultar”, anticipa.
Pero será su segunda intervención la que promete sacudir el ámbito gardeliano: “Carlos Gardel y el otro Carlos”. En esta ponencia, Iñiguez presentará una hipótesis inédita -respaldada por documentación- sobre el destino de Charles Romuald Gardes, el joven francés que, según la historia sista, sería Gardel.
Si se trata de dos personas distintas: ¿qué ocurrió realmente con aquel niño nacido en Toulouse? La autora promete “tirar una bomba” que podría modificar la narrativa construida durante décadas.
También se sumará el aporte del colombiano Mauricio Umaña, que presentará un análisis detallado del trágico accidente ocurrido en el aeropuerto de Medellín, examinando las causas, consecuencias y contradicciones del hecho que costó la vida de Gardel y de varias personas más. Por su parte, el uruguayo Eduardo Cuitiño centrará su intervención en los diversos elementos históricos, documentales y biográficos que permiten esclarecer la verdadera identidad del Morocho del Abasto.
Si estas indagaciones permiten demostrar que Gardel es un personaje histórico uruguayo -además de rioplatense y universal-, quedará por apuntalar que esa es también su realidad legal. Este último es el aspecto que intentará aclarar el procurador Daniel Fernández, quien aportará el enfoque jurídico a la figura de Gardel.
En su presentación, Fernández abordará las razones legales por las cuales Gardel sigue siendo oficialmente un ciudadano nativo del Uruguay, naturalizado argentino. También analizará las implicancias legales de su herencia: un asunto rodeado de verdades a medias, intereses cruzados y ficciones que todavía hoy generan controversia, sostenidas de forma artificial, pero sin base legal sólida.
