La capacidad de oratoria es una habilidad invaluable que todas las personas deberían desarrollar, independientemente de su profesión, edad o situación personal.
Si bien algunos roles la exigen de manera más explícita, los beneficios que aporta son universales y se extienden a todos los aspectos de la vida.
• Los líderes y gerentes necesitan inspirar, motivar, delegar, presentar estrategias y resolver conflictos.
• Los emprendedores deben exponer sus ideas, convencer inversores, vender sus productos o servicios y mantener a su equipo motivado.
• Vendedores y profesionales del marketing cifran su éxito en la capacidad de persuadir, presentar productos, manejar objeciones y cerrar acuerdos.

• Los docentes, profesores, capacitadores y formadores de todos los niveles necesitan transmitir conocimientos de manera clara, interesante y memorable.
• La oratoria jurídica es crucial para argumentar casos, persuadir al jurado o al juez y defender puntos de vista.
• Los actores políticos y funcionarios públicos deben comunicar sus propuestas, convencer a los votantes, debatir ideas y representar a sus comunidades.
• Médicos, psicólogos y terapeutas necesitan comunicarse de forma clara y empática con pacientes y colegas.
• Los ingenieros y científicos, aunque a menudo se centran en datos, necesitan presentar sus hallazgos, defender proyectos y comunicar ideas complejas a audiencias diversas.
• Actores, músicos, conferencistas y artistas visuales necesitan conectar con su audiencia.
Desde reuniones de equipo hasta presentaciones de proyectos, la capacidad de expresarse con claridad y confianza es una ventaja competitiva en cualquier carrera y en cualquier puesto de trabajo.
Estudiantes de todos los niveles requieren de esta habilidad también para desarrollar exposiciones en clase y defender sus tesis. En debates y discusiones, el arte de la oratoria es un recurso que colabora con el pensamiento crítico, la argumentación y la capacidad de escuchar y responder.
Y también en el ámbito personal podemos comprobar que una comunicación clara y efectiva mejora los vínculos personales en la familia, la pareja y con amigos, evitando malentendidos y fortaleciendo la conexión.
Superar el miedo a hablar en público y ver el impacto positivo de nuestra propia voz aumenta significativamente la confianza en nosotros mismos y nuestro aplomo.
Poder expresar opiniones en reuniones de vecinos o grupos de interés, articular pensamientos y emociones de manera asertiva puede ayudar a resolver conflictos de manera más constructiva.
La oratoria es una habilidad de comunicación y es un proceso cognitivo complejo que implica la interacción de diversas funciones mentales. Desde la planificación y organización del discurso hasta la interpretación de las reacciones del público, cada etapa está profundamente arraigada en cómo nuestro cerebro procesa la información y se relaciona con el entorno.
La clave es el cerebro.
Un orador efectivo debe mantener su atención enfocada en el contenido del discurso, el tiempo y la audiencia simultáneamente.
La memoria de trabajo es crucial para retener y manipular la información en tiempo real, permitiendo al orador recordar puntos clave, ajustar su mensaje y responder a preguntas sin perder el hilo.
El dominio del lenguaje es fundamental. Esto incluye la capacidad de encontrar las palabras adecuadas rápidamente, estructurar las frases correctamente y asegurar que el significado sea claro y preciso. La fluidez verbal es el resultado de una producción de habla eficiente y bien coordinada.
Antes incluso de pronunciar una palabra, el cerebro del orador se involucra en una intensa planificación cognitiva.
Esto implica:
• Generación de ideas: Tormenta de ideas y selección de los puntos más relevantes.
• Estructuración lógica: Organizar la información de manera coherente (introducción, desarrollo, conclusión).
• Anticipación de objeciones: Prever posibles preguntas o puntos de vista opuestos para preparar respuestas.
La metacognición es la capacidad de pensar cómo pensamos, y en la oratoria, esta habilidad nos permite monitorear nuestro desempeño, autorregularnos y reflexionar sobre el proceso.
El orador no solo transmite información, sino que también interactúa con su audiencia. Esto requiere:
• Interpretar el lenguaje corporal, las expresiones faciales y el nivel de conexión de la audiencia.
• Ponerse en el lugar del público para entender sus necesidades, conocimientos previos y posibles inquietudes. Esto permite adaptar el mensaje para que sea más resonante y persuasivo.
Hablar en público puede generar ansiedad, pero un orador eficaz puede gestionar sus emociones transformando ese nerviosismo en concentración y entusiasmo. La creencia en nuestra propia capacidad para desempeñarnos bien, juega un papel vital.
La oratoria eficaz busca minimizar el esfuerzo cognitivo del oyente.
Un discurso bien estructurado, con lenguaje claro y ejemplos relevantes, facilita el procesamiento de la información por parte de la audiencia. Por el contrario, un discurso desorganizado o lleno de jerga excesiva nos obliga a realizar un esfuerzo mayor, lo que puede llevar a la fatiga y la desconexión.
Aprendizaje.
La oratoria no es una habilidad innata fija. Gracias a la neuro plasticidad, el cerebro tiene la capacidad de adaptarse y reorganizarse en respuesta a la experiencia.
La práctica constante de la oratoria fortalece las conexiones neuronales involucradas en los procesos cognitivos mencionados, mejorando la fluidez, la memoria, la planificación y la regulación emocional.
Si queremos mejorar nuestra oratoria debemos abarcar aspectos cognitivos y prácticos. Lo primero es tener un conocimiento profundo del tema que vamos a desarrollar y familiarizarnos con los detalles.
Luego tenemos que definir nuestro objetivo, conocer a nuestra audiencia y estructurar el discurso sin olvidar identificar con claridad el mensaje central que deseamos transmitir y la conclusión (que debe dejar una impresión duradera).
Práctica.
Para una preparación continua es preciso aplicar algunos consejos:
• Practica en voz alta, no sólo mentalmente. Escucharte te ayuda a identificar áreas de mejora en fluidez, tono y ritmo.
• Grábate utilizando tu teléfono o una cámara. Ver y escuchar tu discurso te dará una perspectiva invaluable sobre tu lenguaje corporal, expresiones faciales y voz.
• Cuida la claridad y dicción, el volumen, el tono y modulación, el ritmo y velocidad, y evita muletillas.
• Recuerda la importancia del o visual, una buena postura, gestos naturales y expresiones faciales que reflejen la emoción y el mensaje que deseas transmitir.
Mejorar la oratoria requiere compromiso, práctica constante y la voluntad de salir de tu zona de confort. Al aplicar estas estrategias de manera consistente, notarás una mejora significativa en tu capacidad para comunicar tus ideas de forma efectiva y persuasiva.
Desafíos
1. A – A – F – N – O – R – R – T
Utiliza estas letras para formar dos palabras de 8 letras.
2. Descubre las palabras que responden a las siguientes pistas. Todas comienzan con la combinación “NOM”.
• Trashumante.
• Denominación.
• Planilla.
• Solamente.
• Teórico.
3. Descubre el título de una clásica película romántica:
JAIME BURTON
Respuestas:
1. Afrontar. Frotaran (Frotarán)
2. Nómada. Nombre. Nómina. Nomás. Nominal.
3. Mujer Bonita.
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