Redacción El País
Desde que se anunció que Humberto de Vargas debutaría en el streaming, se generó gran expectativa. La espera terminó y, finalmente, el martes 8 de abril, el actor, cantante y comunicador salió al aire en su primer programa de Último momento, transmitido por Undertake Media, de 19:00 a 20:30. Lo hizo con una editorial cargada de agudas reflexiones, críticas a la política nacional y, fiel a su estilo, sin filtro.

En su intervención, De Vargas se refirió a la falta de seriedad de los políticos y las consecuencias de su actitud combativa. Como "un simple ciudadano", aclaró que su objetivo es generar un espacio de reflexión sobre la comunicación política y el trato entre los actores del gobierno y la ciudadanía. Tampoco faltó la ironía sobre la polémica de la semana: los comentarios del piloto argentino Franco Colapinto sobre Uruguay.

Un punto clave de su intervención fue la crítica a la constante actitud beligerante de los políticos, que, según él, se han acostumbrado a culpar al gobierno anterior o al actual, dependiendo de su color político.

"No me voy a bancar cinco años de los de este bando diciendo que todo lo anterior fue una porquería y los del otro bando que todo lo que se está haciendo es una basura. Basta ya. Vamos a empezar a trabajar juntos, a dejar de tener esa costumbre de que cuando asume un gobierno digo que lo anterior es una porquería, que el placard no estaba ordenado", expresó.

A su juicio, esta lucha constante por resaltar los "errores" del pasado y culpar al otro partido desgasta el sistema político y contribuye a que se pierda credibilidad: "Después no se quejen de la aparición de los Salles o de partidos políticos como Cabildo Abierto, que la elección pasada parecía que se comía a los niños crudos y en esta casi desaparece. No se quejen porque ustedes van debilitando el sistema político y haciéndolo poco creíble", lanzó.

Se refirió también a la información de la semana, cuando el senador Daniel Caggiani afirmó que el gobierno había dejado "bombas" que tratarían de desactivar. Lo sorprendente, comentó, fue que lo dijo en medio de la conmoción generada por las alertas de posibles explosivos en centros educativos y comerciales.

Luego, dijo que Caggiani suavizó sus declaraciones y habló de "cráteres", y repasó que Álvaro Delgado aprovechó la ocasión para señalar que Caggiani se había "caído en uno de esos cráteres".

Luego de ese análisis, pidió a los políticos una cuota de seriedad: "Tengo 63 años, he visto pasar más de un gobierno, estudié durante la dictadura. Señores políticos, sean un poco más serios. Está bien jugar un poquito a las chicanas, háganse los graciosos si les gusta, pero después no se quejen si la gente empieza a tomar con poca seriedad determinado tipo de mensajes".

Leonardo Maine/Archivo El Pais

Consideró que esta actitud combativa es un juego peligroso y pidió que dejen de "balconear" lo que sucede en Argentina. Y aprovechó esta reflexión para hacer referencia al polémico comentario de Colapinto que calificó a Uruguay de provincia argentina.

"Hasta tengo ganas de darle la razón al muchachito este que le gusta cantar, aparecer en los medios y de vez en cuando manejar un auto: Colapinto. Dijo que somos casi una mala copia de los argentinos: ni el dulce de leche, ni el mate, ni el asado. Todo lo que queremos es parecernos a la Argentina. Ay, Dios mío. ¿Y si algún día acá también a alguien se les ocurre empezar a decir ‘que se vayan todos’?", expresó.

Por último, subrayó que Uruguay puede jactarse de tener partidos políticos fuertes, con estructuras sólidas y gente bien intencionada, lo que permite la alternancia en el poder y, por ende, favorece la democracia. "No quieran volver a lo que en determinada época tuvo nuestro país", dijo, aludiendo a la dictadura. Y cerró con un mensaje a los políticos: "Mejoren el tono, usen el lenguaje adecuado, y recuerden que exacerbar a la tribuna no es bueno. A ver si el ‘basta ya’ se termina convirtiendo en un ‘que se vayan todos’".