Cuatro Pesos de Propina no ha sido una banda de festejos. En muchas cosas, más bien, ha sido una banda atípica, extraña. Alguna vez, previo a tocar en Montevideo Music Box, Silvina Natale —una de las agentes de prensa históricas de la escena cultural uruguaya—, les dijo: “Ustedes van como en paralelo, hacen una comunicación rara y no entiendo cómo, pero la gente igual está acá”. En parte, su camino se ha tratado de eso: de hacer las cosas como les parecía, a veces como podían, y de encontrar al público por caminos alternativos. Nunca por las calles centrales. Siempre descubriendo atajos.
Cuatro Pesos, entonces, no se ha caracterizado por los festejos. Pero 25 años ameritaban una celebración.
Fundada en el año 2000 sobre la fantasía de unos amigos del colegio Seminario, consolidada definitivamente en 2004 y con su primer disco —Se está complicando— editado en 2007, es una de las pocas bandas, sino la única, que levantó vuelo apenas pasada la última gran explosión del rock nacional y logró llegar hasta acá, a veces planeando, a veces sintiendo que podía caer en picada.
“No es poco, ¿no?”, dice Gastón Pepe en charla con El País.
No es poco, no.
Por eso, este es un momento de “tirar la casa por la ventana”. Así lo dice Pepe: es tiempo “de alegría, de festejar estar acá, sostener un proyecto durante tantos años, porque no es fácil sostener procesos humanos grupales, de cualquier índole, durante 25 años. Y Cuatro Pesos lo ha conseguido. Esta es una historia linda de contar”.
De eso, de que hay “una historia linda que contar”, se dio cuenta en la inauguración de la exposición de Daniela Beracochea en el Centro Cultural de España que, precisamente, recoge sus 20 años de arte gráfico para la banda. Observar sus ilustraciones fue una forma de mirarse al espejo. Cuatro Pesos, dirá Gastón Puentes después, ha vivido siempre en la vorágine de hacer; nunca hubo demasiado tiempo para frenar y revisarse.
Todo eso confluirá mañana en Limbo Park, la carpa gigante ubicada en el Velódromo, el lugar elegido para esta celebración. Abrirán El Sapo y El Shavless (Sapo Gamboa y DJ RC), sucederán algunas cosas que aún se reservan, y a las 20.45 tocará Cuatro Pesos. Al cumpleaños irán Agarrate Catalina, Fede Morosini de Julen y la Gente Sola, Luana, Chole Gianotti y Martín Morón de Abuela Coca, Rodra y más. Desfilarán canciones de todas sus épocas y, por primera vez en mucho tiempo, tocarán “Pirata”. Quizás sea esta la última oportunidad: por las dudas, dicen, que la gente vaya y aproveche para saltarla con todas las ganas. Quedan entradas en Redtickets.
El camino de Cuatro Pesos y cuál es su mayor conquista
Gastón Puentes, guitarrista, compositor y hoy principal cantante de Cuatro Pesos, tenía 15 años cuando esta aventura empezó. Hoy, con 40, se ríe cuando piensa que ha vivido más años —bastantes más años— como parte de esta banda que sin ella. Se ríe y se resguarda: en esa permanencia, en ese tiempo transcurrido, se explica cualquier cosa que pueda decir del proyecto.
¿Cómo se cuenta un vínculo así? Cuatro Pesos, dice Puentes, es “el primer ensayo, las primeras experiencias, el aprender a hacer música con alguien más”, pero también algo que lo atraviesa “de muy guacho”.
“Es la historia misma. Es una historia de mucha intensidad, además. Capaz que nunca tuvimos tiempo para detenernos a ver el impacto del grupo en la gente, en la sociedad que te rodea, en las generaciones que fueron pasando, en tus etapas”, dice. “Ahora, todo eso se te viene arriba. Son miles de historias que se fueron sucediendo rapidísimo”.
Son miles de historias. Son cuatro años de pura gestación, la conformación del grupo definitivo, una charla —recuerda Pepe, percusionista—, por 2004 o 2005, en la que se estableció que esto iba en serio y que dejó a algunos por el camino. La salida del disco Se está complicando, con la agresividad de “Sacamela” y la ternura de “Glu Glu”, que se volvió costumbre de festivales escolares y jardines de infantes. La llegada de Juan y de Surcando. La aparición de “Mi revolución”, que se convirtió en banda sonora de los veranos en Rocha, himno hippie, canto viral en tiempos sin viralidades. Bancar la crisis del rock uruguayo. Ante la falta de salas, hacerse camino: tocar en movidas sociales, lograr la alternatividad a pesar de las condiciones del circuito comercial, moverse, ir hacia adelante. Los viajes, las cosas impensadas, colaborar con Fermín Muguruza o tocar frente a unos monjes naranjas en algún lugar del Ecuador. La salida de Diego Rossberg, voz e impronta de tantas canciones. Un temblor que podría haber sido derrumbe. Juntar las partes, seguir empujando, volver a escribir. Construir un disco como La llama y ponerlo a andar y que entonces llegue una pandemia. Recuperarse. Enfrentar otros cambios —en los últimos años, Facundo Guiondjian por Rodrigo Calzada, Diego Casas por Tato Bolognini— y, un día, festejar los 25.
“Desde el inicio hubo algo marcado, cierta forma de ser lanzada o careta, que todavía está. La banda es lanzada, tiene un rostro de piedra. Yo no sé si la gente lo ve, pero nosotros habíamos empezado hacía dos meses y ya fuimos a tocar a un bar, y eso habla mucho de cómo, si bien no sabíamos qué íbamos a hacer con la música o a qué le estábamos cantando, sabíamos lo que queríamos hacer. Y eso marca. Eso, a mí, me marcó”, dice Gastón Puentes a modo de repaso.
A su lado, Gastón Pepe lo resume: “Siempre supimos hacer, supimos movernos, siempre mirando para adelante. Nunca fue fácil. En Uruguay nunca es fácil. Nunca”.
Sin embargo, Cuatro Pesos lo logró. Le ganó a las crisis externas e internas que se llevan puestas a tantas bandas. Transformó su sonido, renovó una y otra vez el público, y 25 años después del comienzo, todavía tiene hacia dónde mirar, de qué aferrarse para seguir tirando.
Cuatro Pesos, dicen, superó sus expectativas más íntimas. Por eso festejan: “Aplaudís tu pasado, hacés un recuerdo mancomunado de todo eso, pero lo más lindo es que te permite abrirte a lo nuevo. Todo lo que se viene son cosas nuevas. Queremos dar vuelta la página a ese futuro”.
Se impulsan en lo construido, en lo impensado. “Meterte en ese imaginario popular ni siquiera es una cosa que buscás. Se va dando y lo agradecés, porque quizás no ocupás el lugar cool, pero te cantan en las escuelas”, dice Pepe. Puentes levanta esa bandera: “Haber logrado estar en ese ideario de canciones es de las cosas más zarpadas que pudo haber logrado Cuatro Pesos de Propina”.
-
Actriz y figura de la televisión uruguaya abrirá el show de una importante banda de rock argentino
Los Fabulosos Cadillacs vuelven a tocar en Uruguay: fecha, lugar del show y dónde comprar entradas
Cómo No Te Va Gustar encontró una nueva vida con su espectáculo más complejo, el que nunca habían imaginado