José Carreras: su gira de despedida, el uruguayo al que considera un maestro y qué lo motiva a seguir cantando

El tenor español se presentará el 8 de junio en el Auditorio Nacional Adela Reta, y habló con El País de sus inicios, la fundación Josep Carreras, los uruguayos en el Barça y la música que escucha.

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José Carreras.
José Carreras.
Foto: Brian Hallett.

Es una leyenda de la lírica y uno de los responsables de masificar la ópera gracias a Los Tres Tenores, trío que integró (se cumplieron 35 años) junto a Luciano Pavarotti y Plácido Domingo.

José Carreras, el cantante nacido en Barcelona en diciembre de 1946 que ha sido distinguido con el Príncipe de Asturias, ha grabado más de 50 óperas completas y vendido más de 85 millones de discos, se conecta al Zoom y comenta entre risas que no se lleva bien con la tecnología. Su hijo Albert conecta el micrófono y lo asiste para charlar con El País.

El motivo es su regreso a Uruguay, pero también para hablar de sus otras pasiones: la música, la Fundación Josep Carreras contra la leucemia y el fútbol.

La vuelta del reconocido tenor es en el marco de su gira mundial de despedida que lo llevará por distintas ciudades de Argentina, antes de Uruguay. Se presentará, como en 2016, en el Auditorio Nacional Adela Reta del Sodre, el próximo 8 de junio a las 19.00. Entradas a la venta por Tickantel.

José Carreras.
José Carreras.
Foto: Difusión.

Con más de de 55 años de trayectoria, Carreras volverá a Montevideo, esta vez junto a la soprano española Ainhoa Arteta para repasar las canciones más importantes que ha interpretado en estos años. El repertorio contará con algunas conocidas arias de célebres óperas como canciones de distintas épocas y géneros.

Carreras y “la diva española” presentarán junto a la Orquesta Sinfónica del Sodre, que dirigirá el maestro español David Giménez.

Comenta el reconocido tenor que se encuentra en Andorra, un pequeño estado en los Pirineos, entre Francia y España, a donde se mudó hace ya varios años. “Vivo aquí con la familia, mis hijos y mis nietos. Me encuentro perfectamente aquí”, comenta Carreras a El País.

—Vive con su familia. ¿Le gusta la vida de abuelo?
—Sí. No puedo quejarme. Tengo cinco nietos, dos niñas de un hijo y dos niños y una niña de mi otro hijo. Así que estamos muy bien.

—Tiene 78 años, ¿qué lo motiva a seguir cantando?
—La pasión por la música y por el canto. La pasión por mi profesión. Si no, no habría caso. Es única y exclusivamente por la satisfacción de volver a pisar un escenario, a conectar con la audiencia y continuar haciendo lo que he hecho toda la vida.

—Eso es cierto, porque empezó a cantar siendo un niño. ¿Qué recuerda de esa primera impresión en un escenario?
—Mi primera experiencia fue cuando tenía siete años. Fue para una emisión radiofónica, donde canté un par de canciones, incluyendo “La Donna e mobile” de la ópera Rigoletto. Después, en el teatro, en el gran teatro del Liceo de Barcelona, canté una ópera de Manuel de Falla, escenificada, El retablo de Maestro Pedro, sobre un pasaje de Don Quijote. Y desde entonces con la ilusión y la pasión de poder dedicar mi vida al canto y a la música.

—Encontró su pasión siendo muy joven, lo que no es usual.
—Tuve esta fortuna. También la enorme suerte de que mi familia no me pusiera pegas, al contrario, me apoyaron y me mandaron al conservatorio para estudiar música. En ese sentido fui muy afortunado.

—Y antes de los 30 años ya había protagonizado más de 25 óperas. Es un número impresionante.
—Sí. Es que empecé pronto, profesionalmente, en 1970. Y tuve la fortuna de cantar en teatros importantes, y en producciones con directores de orquesta importantes. Eso me dio la posibilidad de ir ampliando, bastante aceleradamente, mi repertorio.

—Es uno de los grandes tenores de su generación, ¿hoy hay buenos tenores?, ¿hay alguno que le guste?
—Siempre ha habido tenores sensacionales. En la generación anterior a la mía, en la mía y las siguientes. Es difícil mencionar a muchos, pero me encanta (Javier) Camarena, me encanta (Vittorio) Grigolo, Jonas Kaufmann. Hay tenores muy importantes en esta generación.

José Carreras.
José Carreras.
Foto: Difusión.

—¿Y qué se precisa para destacarse como tenor?
—Es un compendio de cosas. Un cierto talento natural, un acercamiento a la música de manera natural también. Disciplina, mucha disciplina. Tanto en el estudio como en el cuidado personal de la voz. Hay muchos temas que van conjuntos y que hacen que un cantante pueda, o no, convertirse en un artista internacional.

—Usted logró lo que muy pocos: pasar del teatro y el escenario de una ópera a la masividad, acercando al público a la ópera con Los tres tenores.
—Exacto. Ese era el pensamiento que teníamos Plácido, Luciano y yo cuando empezamos con los conciertos de Los Tres Tenores. Proporcionar a un público más general y poco familiarizado con la ópera y la música clásica, este tipo de manifestación artística. Y que haya atraído al público, es un gran orgullo para todos nosotros.

—A Uruguay ha venido muchas veces. La primera fue en 1995 cuando llegó a Montevideo y fue a visitar a José Soler, a quien señaló como su maestro. ¿Me puede hablar de ese vínculo?
—Es verdad que fue un maestro porque oía sus grabaciones y me gustaba mucho. Me gustaba su tipo de interpretación, su emisión vocal, y me encantó tener esa posibilidad de conocerlo. Luego he vuelto a Uruguay con cierta frecuencia. La última vez, si mal no recuerdo, fue hace 8 años, en Montevideo (en el Auditorio Adela Reta). También he estado diversas veces en Punta del Este, y siempre ha sido un placer.

—Esa última vez, en 2016 fue para despedirse. Ahora regresa con el mismo motivo.
—Es que siempre pensé hacer una gira de despedida, porque lo que me gusta es volver a cantar a los sitios, las ciudades y los teatros donde había cantado anteriormente. Esta vez se da esa circunstancia, y me encanta.

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José Carreras. Foto: Archivo.
Foto: Archivo.

—En los años 80 fue diagnosticado con leucemia, lo que lo alejó un tiempo de los escenarios y lo hizo crear la fundación Josep Carreras que tiene sedes en varios países. ¿Cómo se maneja toda esa faceta con el canto y las giras?
—Es creer, involucrarse y entusiasmarse con los proyectos. El canto ha sido siempre, no solo mi profesión, también una vocación fuerte en mi vida. Y el tema de la Fundación es humanitario. Sabiendo lo que significa la leucemia, espero que un día con apoyo de todas las organizaciones, entre ellas la nuestra que luchan a favor de la investigación, la leucemia sea una enfermedad curable. Gracias al apoyo y la generosidad de personas que creen en nuestro proyecto, hemos podido trabajar en proyectos de investigación en España y Alemania, y hace unos 10 años pudimos abrir un centro en Barcelona. Ahora estamos embarcados en el registro de donantes no emparentados para el estudio de trasplantes de médula. Y estamos haciendo, permítame que lo diga, una buena labor. Estamos muy satisfechos teniendo en cuenta que nunca, hasta que sea completamente curable, habremos acabado con nuestra misión.

—¿Siempre ha sido así de apasionado?
—Soy apasionado en muchos aspectos. En mi profesión, en la fundación y en el fútbol también soy apasionado. Todo lo artístico me apasiona, y todo tipo de arte me gusta. Me interesa mucho esta comunicación que el artista establece con la audiencia.

—Entonces imagino que tiene que estar recontento con el Barça, y esperando el clásico ante el Real Madrid que se juega hoy.
—Me parece que volvemos a estar en primera línea mundial. Teníamos antes a Luis Suárez, que tuvo un periodo magnífico en Barcelona, ahora tenemos a Ronald Araujo que está haciendo muy buenas campañas. Estamos satisfechos, los socios y los simpatizantes con ellos y esperemos que el Barça vuelva pronto a ganar todas las competiciones.

—Antes de irme, ¿qué música escucha?
—Siempre he pensado que hay un tipo de música para cada ocasión, para cada estado de ánimo. No porque yo sea un cantante clásico me gusta solamente la ópera. Me gusta Frank Sinatra, Tom Jones y evidentemente, Carlos Gardel. Y la música es tan extraordinaria que nos da toda esta cantidad de emociones, sea del tipo que sea, cuando se tiene una cierta calidad, lógicamente.

—No lo imagino escuchando a Bad Bunny.
—Aquí no ha llegado todavía, pero con mis nietos seguramente llegará. Soy un aficionado de la música en general, muy especialmente de la música clásica, la ópera y lo sinfónico, pero los cantantes de hoy me interesan también. Repito, siempre y cuando haya un mínimo de calidad.

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