Estar demasiado encerrado en sí mismo, en sus formas, en su tipo de historias y los compinches famosos, ha hecho queWes Anderson sea identificado como un autor. A los ses les encanta, lo que siempre suma.
Su estilo cinematográfico —que no se parece a nada en particular, pero a mucha cosa en general— incluye una puesta en escena artificiosamente deslumbrante y que tiende a la simetría; una recurrente troupe de actores de primera línea y un corpus que incluye el cine, las enciclopedias, las novelitas de aventuras y una pátina de refinamiento europeo.
Algunos ven todo ese aparataje con recelo y quizás tengan razón. Sin embargo, para otros su carrera es, sí, algo repetitiva, pero entrañable.
Ese cariño que todo lo disculpa se lo ha ganado con películas como Tres son multitud, Los excéntricos Tenenbaum, Moonrise Kingdom, Gran Hotel Budapest y dos animaciones extraordinarias: El fantástico señor Fox e Isla de perros. El canon es personal y algunos encontrarán qué agregar.
Sus últimas películas (La crónica sa; Asteroid City) parecieron haber privilegiado aun más la puesta por sobre el contenido y cierto entrevero formal que pudo distraer de sus otros méritos.
Estrenada en Cannes en la competencia oficial de donde se fue sin reconocimiento alguno, El esquema fenicio es puro Wes Anderson y, librado de los distanciamientos de la puesta en escena que había adoptado recientemente, es de las que sus seguidores usarán en su defensa.
En general, sus películas son solo parecidas superficialmente y El esquema fenicio, aunque abreva de las fuentes de siempre, es bastante diferente a La crónica sa o Asteroid City.
Aquí, en su décimosegundo largometraje, para empezar están todas las estrellas que pueblan las películas de Anderson. A saber: Benicio del Toro, Benedict Cumberbatch, Willem Dafoe, Tom Hanks, Bryan Cranston, Bill Murray como el mismísimo Dios, Mathieu Amalric, Scarlett Johansson y Rupert Friend; hay más. A ellos se suman nuevos ingresos a la pandilla como Michael Cera (lindo personaje), Riz Ahmed, Richard Ayoade y Mia Threapleton, la hija de Kate Winslet.
A pesar del plantel y a diferencia de la forma coral que también se asocia con su estilo, El esquema fenicio -que Anderson escribió con uno de sus compinches habituales, Roman Coppola- está concentrada en Zsa-zsa Korda (Del Toro), un multimillonario con tendencia a los accidentes aéreos y en plan de redención comercial y familiar.
Korda es un rufián, una suerte de empresario inescrupuloso de alcance global; podría tener alguna connotación con ciertos personajes actuales, pero esa clase de lecturas no se dan tan directamente con el universo del director. Y aunque puede pensarse en un Mr. Arkadin (o Kane) de Orson Welles, el personaje está basado en el fallecido suegro de Anderson, el magnate libanés de la construcción, Fouad Mikhael Malouf.
La historia lo encuentra a Korda en una suerte de camino redentor acompañado por su única hija (tiene nueve varones más), tras el accidente aéreo que prologa la historia y que es resuelto con una elipsis y un travelling.
De allí Korda sale intentando un acercamiento con Leisl, su hija monja (Threapleton, bienvenida adquisición al universo Anderson) , que no le perdona haber participado en la muerte de su madre, y concretar un proyecto titánico: construir en la Moderna Grande e Independiente Fenicia, un túnel ferroviario transmontañoso, una vía fluvial interior transdesértica y un dique hidroeléctrico transcuenca. Pura tecnología Anderson alojada en una serie de cajas de pura elegancia Anderson.
Perseguido por una corporación que va siguiendo sus planes y obstaculizándolos, Korda va avanzando en una logística demasiado intrincada como para explicarla, y no es que importe demasiado. Debe convencer a sus socios de la inversión que dará, dice, un 5% de interés a 150 años. Es en ese viaje que aparece la constelación de caras conocidas, habitual en Anderson.
Lo que hay es cierta desazón existencialista que a pesar de estar siempre en su cine, acá parece más evidente aunque, como es parte del estilo, siempre hay humor.
Lo que también está es la excelente y vistosa puesta en escena propia del director, que utiliza un formato clásico (eso es un aspect ratio cuadrado) que llena con sus habituales composiciones simétricas. Hay escenas en blanco y negro de carácter onírico que han sido señaladas como cercanas a Sergei Parajanov, pero que también pueden ser de Miklos Jancso.
El gusto cinéfilo de Anderson siempre ha sido así de refinado. Y esa es la razón por la que se lo sigue defendiendo.
EL esquema fenicio [* * * * ]
Estados Unidos, 2025. Dirección y guión: Wes Anderson sobre historia de Anderson & Roman Coppola. Fotografía: Bruno Delbonnel. Música: Alexander Desplat. Con: Benicio del Toro, Mia Threapleton, Michael Cera, Riz Ahmed, Tom Hanks, Bryan Cranston, Mathieu Amalric, Richard Ayoade, Jeffrey Wright, Scarlett Johansson, Benedict Cumberbatch. Duración: 105 minutos. Estreno: 5 de junio, en cines.