Valeria Ripoll: la vuelta a la tv, su nueva figura y los comentarios sobre su relación con Delgado

Tras regresar al de "Esta Boca es mía", la excandidata a la vicepresidencia hace un balance del agitado año electoral y le contesta a quienes le cargan la responsabilidad de la derrota del Partido Nacional.

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Valeria Ripoll en "Esta Boca es Mía".
Valeria Ripoll en "Esta Boca es Mía".
Foto: Ignacio Sánchez

Hace un año Valeria Ripoll participaba en Esta Boca es Mía (Canal 12) sin imaginar lo que le sucedería apenas unos días después. Si bien ya militaba activamente en filas del Partido Nacional, nunca pensó que en la noche del domingo 30 de junio le explotaría en la cara una noticia que desataría un terremoto en su vida para los meses siguientes: el candidato del gobierno Álvaro Delgado le pediría que lo acompañe en la fórmula presidencial. Y así, la exdirigente sindical se convertiría de inmediato en una de las figuras más relevantes de la discusión política.

Mucha agua pasó debajo del puente: la emoción por ocupar un lugar de privilegio, críticas de propios, ataques de adversarios y el final con la derrota ante el binomio integrado por Yamandú Orsi y Carolina Cosse. Hoy, un año después, Ripoll regresa al lugar que dejó vacante en el programa de Victoria Rodríguez aquella misma noche en que recibió el ofrecimiento del presidenciable blanco. Tras su reaparición en televisión, recibe a El País en una oficina del canal. Habla sobre su vuelta y hace un balance de la intensa campaña electoral. Evalúa que la decisión de la fórmula "se comunicó mal", ite que le gustaría ser candidata a la Intendencia de Montevideo y apoya a Beatriz Argimón ante su designación para la Unesco.

-¿Cómo fue volver a Esta Boca es Mía (Canal 12)?

-Me sentí muy cómoda. Estuve guardada muchos meses, pero vengo del palo sindical y me encanta el debate. Extrañaba opinar de lo que pasa. El programa me dio la posibilidad de mostrar que podía hablar de otras cosas por fuera del sindicalismo. La gente conoció mi visión sobre otros temas. Me gusta volver a un lugar en el que se puede hablar de todos los temas con libertad.

-Hay gente que lo interpreta como un retroceso en tu carrera.

-La gente cree que uno llega a la política para acomodarse o hacer plata. Todos esperaban que yo viniera al Partido Nacional por un cargo y desapareciera. Yo nunca ni siquiera discutí el lugar en la lista.

-¿Habías seguido en o con la conductora Victoria Rodríguez a lo largo de tu proceso como candidata a la vicepresidencia?

- La he visto en estos meses porque intercambiamos algún mensaje y fui a su programa de radio. Además hizo una juntada con los exintegrantes del programa. Me acuerdo que el día que Nacho Álvarez publicó un tuitdiciendo que se manejaba mi nombre para la candidatura a la vicepresidencia ella me lo mandó. Le dije que estaba delirando. Yo pensaba: “Ya me lo hubieran planteado”. Yo lo desestimé completamente porque pensaba que ya estaba resuelto. El día de la interna fue una sorpresa.

-¿Cómo recordás el momento en el que Álvaro Delgado te pide que lo acompañes en la fórmula presidencial?

-Fue esa misma noche en el búnker. Él reunió a todos los que estaban en el comando para hacerles el planteo y después habló conmigo. Me dijo que entendía que era una forma de ensanchar la base del partido. Le abría la puerta a gente que ya no se sentía identificada con el Frente Amplio y que en el Partido Nacional podía tener un lugar de militancia. A mí se me pasaron un montón de cosas por la cabeza. Me acuerdo que le pedí a mi hermana que fuera a buscar a mi hijo, y a mi marido que trajera a mi hija a la casa del Partido. Para mí era importante que mi familia estuviera al momento del anuncio. Cuando se hizo público fue increíble, me queda para toda la vida. Adelante del todo estaban mis hijos felices de la vida, llorando y gritando “bien mamá“. Yo escuchaba ruido de la gente, no identificaba si era bueno o malo.

-¿En qué momento caíste en cuenta de que tu nombre había generado cierta resistencia en algún sector del partido?

-Cuando Álvaro me lo dijo se me pasó por la cabeza que podía haber resistencias. En el partido hay gente que milita de toda la vida y yo me preguntaba cómo podía caer que me eligieran a mí, que hacía poco tiempo que estaba. Cuando hicimos la recorrida de medios me empezaron a preguntar por los gritos que hubo esa noche. Yo entendía que era natural que alguna gente se sintiera frustrada si esperaba que otra persona ocupe ese lugar.

Valeria Ripoll en "Esta Boca es Mía".
Valeria Ripoll en "Esta Boca es Mía".
Foto: Ignacio Sánchez

-Las virtudes de tu elección como candidata a la vicepresidencia tenían la contracara de poner en la primera línea para defender a un gobierno a quien hasta hacía pocos meses lo criticaba con mucha firmeza, ¿cómo lo evaluás desde lo estratégico?

-Es cierto que la campaña estaba planteada desde el lugar de “reelegí un buen gobierno”, pero para mí sí había sido un buen gobierno. Yo critiqué la LUC, por ejemplo, pero después de aplicada hubo que reconocer que no solo no fue mala sino que tuvo efectos positivos. Yo me equivoqué. Capaz que no estamos acostumbrados a que los políticos asuman equivocaciones. Creo que el tiempo de la campaña me permitió explicar esto. Y si el motivo de la derrota es que yo generaba dudas por venir del Frente Amplio, más dudas debería haber generado votar a Carolina Cosse entonces. La explicación es más profunda, pero uno siempre precisa buscar culpables. Todos pensaban que volvían a ganar porque se había hecho un buen gobierno, y como después no encontraban explicación lo más fácil era decir “perdimos por elegir esta candidata a la vicepresidencia”. En Uruguay la vicepresidencia no tiene incidencia en el voto de la gente. Somos muy presidencialistas. Al momento de tomar la decisión la gente elegía entre Delgado y Orsi. Nadie elegía entre Ripoll o Cosse.

-Pero sí elegía entre el Frente Amplio que había logrado sellar una fórmula de unidad durante la noche de la interna y un Partido Nacional con una fórmula que parecía no convencer ni a todos los propios.

-La fórmula de unidad del Frente Amplio no era de unidad porque venían de una campaña de ataques internos. Decían “si gana Carolina perdemos”. Todos sabían que se habían manejado otros nombres como (Cristina) Lustemberg o Blanca Rodríguez con lo del “repuesto” que fue terrible. Fue una fórmula obligada y de falsa unidad. La foto de ese momento que cerraron juntos era un velatorio. El que siguió la campaña vio que el relacionamiento que había en la fórmula del Partido Nacional era mucho mejor. Creo que hay otros motivos por los que la gente terminó eligiendo al Frente Amplio.

-¿Sentís realmente que hay gente que te carga la responsabilidad de derrota?

-Sí. Lo he visto en comentarios, incluso en grupos del partido en los que estoy. También hubo dirigentes que lo dijeron públicamente. Hubo quienes plantearon que se perdió el voto de la derecha. ¿Y ese adónde se fue?, ¿al Frente Amplio? Lo que puedo reconocer es que capaz que falló la forma en la que se comunicó la fórmula. No digo que Álvaro lo haya hecho mal, pero el modo del que se enteraron militantes y dirigentes no fue el mejor. Ahí estuvo el problema de mi designación.

-¿Cuál es tu hipótesis sobre la derrota?

- Hubo varios factores que llevaron a que ganara el Frente Amplio. En la campaña me di cuenta de la dificultad del gobierno para comunicar logros, por ejemplo. Y hubo ataques a Orsi que lo victimizaron y eso lo ayudó.

-La buena relación que mostrabas con Delgado motivó algunas suspicacias en redes, ¿cómo te caían?

-Yo soy muy cristalina en mi forma de ser y nos llevábamos bien. Capaz que Álvaro no es súper carismático, pero es divertido y ocurrente para compartir una gira. Leticia (Lateulade, su esposa) estuvo casi toda la campaña con nosotros. Es divina y también nos llevábamos bárbaro. La gente tiene esa forma de verlo porque lo compara con la otra fórmula que prácticamente no se dirigía la palabra. Lo del “bombón” fue una boludez que no tenía ningún peso. El tema fue que después siguió diciendo “voy a dormir afuera” con Leticia parada al lado y quedó como que estaba remando en dulce de leche (risas).

-Teniendo en cuenta las críticas que mencionabas, ¿sentís que el Partido Nacional te reconoce el esfuerzo que hiciste durante la campaña electoral?

-El partido es la gente y la gente valoró el esfuerzo. Los militantes me decían que el partido necesitaba esto. Yo di absolutamente todo y más. Todo lo que sentí que podía dar lo di. Para mí realmente era importante que una mujer que venía de otro lugar y con otra mirada pudiera tener el rol de la vicepresidencia.

-Trascendió que Delgado sugirió tu nombre para ocupar un cargo de la oposición y no fue bien recibido.

-La única resistencia que me enteré fue la que salió públicamente y yo no debato con compañeros del partido. Yo no sé si quería era estar en un directorio. Ahí se inhibe la posibilidad de opinar de lo que está pasando y si algo valora la gente de mí es la sinceridad. Yo nunca me lo planteé porque no vine al Partido Nacional por un cargo.

-¿Para la campaña hacia la Intendencia de Montevideo hubiera sido bueno ese perfil por fuera de la estructura partidaria?

-Yo no pensé en ser candidata a la Intendencia. Había guardado mi nombre para trabajar con Martín (Lema), pero la candidatura a la vicepresidencia dejó en un segundo plano la campaña departamental. Con todo lo que aprendí en el Partido, estoy más convencida de la necesidad de un proyecto en Montevideo. Los resultados mostraron que todavía no logramos captar nuevos votantes. Martín era un buen candidato, pero faltó ese trabajo territorial permanente durante los cinco años. No hubo constancia. Para llegarle a la gente no alcanza con trabajar seis meses antes de la elección. La gente votó a los candidatos del Frente Amplio sabiendo que eran malos. (Mario) Bergara de la Intendencia de Montevideo no sabe nada.

-Por lo que planteás, el Frente Amplio podía haber hecho un mal gobierno y tener malos candidatos, pero el Partido Nacional también hizo mala oposición.

-Sí. Además la gente conoce pocos ediles del Partido Nacional.

-¿Te gustaría ser candidata a la Intendencia de Montevideo en cinco años?

-Sí. Si me preguntás un rol en política que me encantaría sería ser intendenta de Montevideo. Tengo claro qué hay que cambiar para que funcione.

-¿Cómo evaluás la designación de Beatriz Argimón para la Unesco? Graciela Bianchi la calificó como “operadora del Frente Amplio”.

-Es una falta de respeto a lo que ella fue como vicepresidenta. Todos sabemos lo que ha trabajado Beatriz en las temáticas que maneja Unesco. Yo hablé con ella para darle todo mi apoyo. Tratarla de traidora y que va a ser una representante del Frente Amplio es muy injusto.

-¿Hizo mal en no comunicarlo a tiempo al Partido Nacional?

-Uno puede cuestionar la forma y decir que no está bien que no lo haya comunicado, pero las cosas que se dijeron fueron muy apresuradas.

-Para cerrar, ¿tuviste un cambio en tu figura?

-Sí, bajé 13 kilos. Me siento más liviana. Bajé durante la campaña y después seguí. Me acostumbré a comer menos. Llegaba muy cansada de noche y no quería saber nada con comer. Me iba directamente a dormir para levantarme temprano al otro día. Espero mantenerme.

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