Redacción El País
Benjamín Vicuña es una de las figuras más reconocidas del espectáculo latinoamericano. El chileno que se enfrentó a su padre para estudiar teatro logró destacarse como actor, y brilló en ficciones como El primero de nosotros (Telefé)—por la que ganó un Martín Fierro—, Entre caníbales (Telefé), Terapia alternativa (Disney+), Envidiosa (Netflix), y más.

En lo personal, su vida estuvo marcada por el amor, el escándalo y la pérdida. Tuvo dos relaciones muy mediáticas: con Pampita Ardohain —madre de sus primeros cuatro hijos— y con la China Suárez, a quien conoció en un rodaje, mientras aún estaba en pareja con Pampita, y con quien tuvo dos hijos más.

Es así que su nombre no solo ha estado asociado a la actuación, sino que atravesó momentos de gran escala mediática por supuestas infidelidades. Fue vinculado con Romina Gaetani, Isabel Macedo e incluso con la uruguaya Natalia Oreiro, con quien compartió la ficción Entre caníbales.

Su faceta más íntima y humana quedó plasmada en Blanca, la niña que quería volar, el libro en el que narra el duelo por la muerte de su hija mayor en 2012.

Por estos días vuelve a estar en boca de todos por el estreno de Corazón delator, la nueva película de Netflix que protagoniza junto a Julieta Díaz y tiene a la uruguaya Annasofía Facello en el elenco. Por eso, te contamos cinco curiosidades que quizás no sabías de Vicuña.

De chico, Benjamín Vicuña imitaba a los Pimpinela con su prima, en eventos familiares. “Tengo que contarles que arranqué mi carrera haciendo de ustedes”, le dijo a los hermanos Lucía y Joaquín Galán al cumplir un sueño: protagonizar dos videos del dúo.

En 2022 participó en el clip “Cuando lo veo” y un año después en “Lloro”, la secuela. “Un actor increíble y un compañero maravilloso”, lo definió Lucía Galán. La vocación del chileno nació entre la imitación a Joaquín, una crisis de pánico por un payaso en la calle y una obra protagonizada por Andrés Parra que lo marcó: “Podíamos ver el camarín y toda la trastienda, y dije ‘quiero estar acá’”, contó a Clarín.

Aunque se define como escéptico, confesó que vivió situaciones paranormales en una casa de Chile, poco después de convertirse en padre. “Se abrían canillas, los perros ladraban desesperados y yo me hacía el que no pasaba nada”, relató en PH (Telefé).

Con el tiempo, los hechos escalaron: llamadas al celular desde su propio teléfono fijo -con el captor mostrando “casa llamando” mientras no había nadie-, ruidos y hasta mensajes en el contestador. La tensión fue tal que empezó a afectar su sueño, su trabajo y su relación de pareja con Pampita Ardohain. Incluso una empleada del hogar aseguró haber visto “algo”. “Se generó una psicosis”, itió.

Un día, mientras colaboraba en una rifa benéfica, un sacerdote le ofreció hacer un exorcismo. Tras recorrer el hogar con agua bendita, el cura fue tajante: “Te recomiendo que te mudes”, ya que la presencia que había en su casa era mala. Y así lo hizo. Vivió otra situación del estilo en un apartamento en España: “Sentía que me abrazaban mientras dormía”, relató.

El actor escribió Blanca, la niña que quería volar, un libro que jamás hubiera querido hacer y que narra el duelo por la muerte de su hija Blanca, fruto de su relación con Pampita. La niña falleció el 8 de setiembre de 2012 en México, por una bacteria; hoy tendría 19.

El libro incluye un prólogo de Gabriel Rolón y un emotivo texto de Pampita. Vicuña, que cada aniversario de su hija le dedica en redes conmovedoras palabras, eligió escribir como una forma de sanar. Necesitó reconciliarse con la vida y quiso compartir en 10 actos esas herramientas que le sirvieron en sus días más oscuros. “Sentía la necesidad de generar puente, alivio y compañía”, dijo a Intrusos sobre este libro que agotó rápido su primera edición.

Los padres de Vicuña se separaron cuando él tenía 8 años. “Nunca más volví a verlos juntos”, recordó a Infobae. De su padre, Juan Pablo Vicuña, dijo: “Fue un gran cumplidor. Pagó mis colegios y mi salud. Pero nunca me vio jugar rugby ni en un acto escolar”.

La relación se quebró cuando decidió estudiar teatro: “Se me plantó: ‘No vas a estudiar eso’. Le respondí: ‘Sí, por supuesto’. Me cortó el chorro económico y toda la comunicación. Pasamos dos años sin hablarnos”, confesó en esa misma entrevista.

Vivió su decisión como un “destierro” y sintió a su papá como “su gran antagonista”. Recién en su tercer año de carrera fue a verlo al teatro, gracias a un “lobby de su hermano”, reconoció a Revista Hombre. Y ahí empezó a vibrar con su éxito. Con el tiempo, el vínculo cambió. “Nos reencontramos como dos hombres de igual a igual, con nuestras miserias, sin exigirnos nada y nació un nuevo lazo, de amistad, cariño y libertad”, contó a Gente.

Foto: @benjaminvicuna.ok

En un vivo de Instagram explicó por qué cuatro de sus seis hijos (todos los que tuvo con Pampita Ardohain) tienen nombres con B: Blanca, Bautista, Beltrán y Benicio. Todo empezó con Blanca, que en principio se iba a llamar Isabel, por la mamá de Benjamín, pero la abuela prefirió que el homenaje fuera para su madre -“un ser místico y superespecial”- y no para ella.

Luego eligieron Bautista porque al actor le gustaba desde siempre y, según contó en una entrevista con María Luisa Godoy, “quedamos prisioneros de las B”. Así nació esta tradición espontánea, sin mayor planificación. Con sus hijos posteriores junto a la China Suárez, Magnolia y Amancio, no siguió esa misma lógica.