Matías Arezo, delantero de Gremio, contó cuál fue su clic personal para esta racha goleadora, reveló qué piensa cuando escucha cantar al hincha de Peñarol y cómo le cambió la vida el nacimiento de su hijo Theo.
Unos meses antes de que inicie el mercado de pases, se refirió al posible interés del aurinegro: "Siempre se puede soñar con mi vuelta a Peñarol, ¿por qué no?", afirmó.

— ¿Qué implicó en tu vida el nacimiento de Theo?
— Llegó con mucha felicidad para cambiarnos la vida a mí y a mi señora. Es una etapa nueva en la que uno va aprendiendo con el correr del tiempo y, al final, son momentos que te alegran la vida y que los voy a recordar para siempre. Toda esa felicidad y esa alegría, el cambio de vida y el sentirse distinto me lleva a hacer las cosas mejor, a tomarme todo de una manera distinta, y eso también ayuda a que después las cosas me vayan saliendo.
— Estás de racha y llevás dos goles en tres partidos por Copa Sudamericana, ¿cuál es la clave?
— Creo que me sentó muy bien eso. La racha de goles en Copa Sudamericana es muy importante para tener confianza y sentir que el equipo también confía en uno mismo.

— Pasaste de no tener regularidad en cuanto a minutos a ser una de las figuras del plantel, ¿cuál fue el clic?
— El clic fue volver a confiar en mí mismo, volver a tener esa mentalidad de querer ser el mejor. Comencé a trabajar lo psicológico, lo que es estar conectado con las situaciones y también aprender a sobrellevar las situaciones adversas. Al final cuando no estás jugando tenés que aprender a convivir con la frustración, con ese enojo de no jugar, que obviamente es un enojo sano porque significa que le estamos dando importancia a lo que hacemos. Hay que tratar de convertir eso en algo positivo y usar esa energía para poder estar más fuerte.
— ¿Cómo evalúas tu propia experiencia con el psicólogo?
— Mi experiencia con el psicólogo es muy buena, te ayuda a controlar tus emociones, tus pensamientos y a tomar mejores decisiones dentro de la cancha. Quizás cuando no lo tenés no lo ves necesario, pero cuando comenzás a ir te das cuenta de que es muy importante. Al final los jugadores de fútbol no dejamos de ser personas, tenemos problemas y malos días. A veces vamos a un entrenamiento, no nos sale nada y al final terminamos todo el día enojados con nosotros mismos y con la situación.
Hay situaciones dentro del fútbol que obviamente nos llevan a tener un lapso de frustración con el que no es fácil convivir. Entonces, al final tener esa ayuda, ese desahogo y esa persona que te da las herramientas para poder afrontar las cosas de otra manera termina siendo importante. ¿Por qué? Porque después nos tocan situaciones adversas dentro del campo o nos toca esa oportunidad que estábamos esperando y no nos sentimos preparados porque venimos de malos días. Es muy importante para el jugador tener ese periodo de desahogo, ese lugar donde uno puede sentirse seguro, hablar y decir lo que piensa, lo que se siente y que una persona fuera del fútbol también te dé un punto de vista distinto.

— Desde hace un tiempo tenés como compañero al Kike Olivera, ¿qué tal te venís sintiendo con él?
— Muy bien. Ya nos conocíamos con Cristian "Kike" Olivera de la selección juvenil y creo que él se adaptó muy rápido acá. Tenemos una muy buena relación, vamos juntos a los entrenamientos porque vivimos acá a unas casas de distancia, entonces tenemos la oportunidad de convivir gran parte del día juntos. Para mí tener un uruguayo en el equipo es muy importante y muy bueno por un tema de cultura y de costumbres. También tenemos compañeros argentinos y colombianos. Tenemos un grupo de extranjeros muy bueno en ese sentido. Dentro de la cancha con Kike nos tenemos esa confianza en las cualidades del otro y se nos hace más fácil.
— ¿Qué faltó para que pudieras llegar a préstamo a Peñarol a inicios del 2025?
— Con Ignacio Ruglio lo hablamos, pensamos que quizás existía la posibilidad de poder salir y tratamos de hacerlo lo máximo posible para ver si se daba esa salida. Cuando intentamos negociar al final el club dijo que no, que no había forma de salir, pero de mi parte y de la de Nacho se hizo lo posible para ver qué idea tenía Gremio. Nacho estuvo dispuesto a hablar acá, a ver si era por préstamo, si era por una venta, pero cuando se quiso negociar dijeron que no. Yo como jugador y él como presidente de otro club respetamos eso y el trabajo de cada uno. Estoy totalmente agradecido por el interés que él demostró y demuestra para contar conmigo hasta hoy en día.
Obviamente que las puertas siempre van a estar abiertas, eso yo lo tengo claro y él me lo dice siempre. Los hinchas también me lo hacen notar y estoy agradecido. Hasta el día de hoy me llegan mensajes donde me dicen: 'Volvete', 'te esperamos' y 'esta es tu casa'. Eso es muy lindo y me genera mucho orgullo. No sé si será a corto plazo, si será a largo plazo, al final eso es algo que lo va a decir el destino y no tenemos nosotros la fecha exacta, pero esa puerta va a estar abierta. Tengo claro que el día que vaya a Peñarol quiero estar y sentirme bien, que es lo más importante para poder darle al club lo que se merece. En algún momento nos volveremos a encontrar y cumpliremos los objetivos que quizás no se pudieron cumplir en el año que estuve.
— ¿Cuál es tu mensaje para esos hinchas que dicen: esperemos a clasificar a octavos y que Ruglio llame a Arezo? ¿Les transmitís mesura porque estás en un gran momento en Gremio y les decís que piensen en una vuelta a largo plazo o les decís que se ilusionen?
— Siempre se puede soñar, ¿por qué no? Quizás no dependerá de mí y no sabemos de quién puede depender. Siempre se puede soñar y obviamente que Peñarol es un club muy grande. Sé en el momento que estoy, sé que estoy pasando una buena racha y que también estoy en un club muy lindo como Gremio, donde me siento bien. Entonces al final uno sabe lo difícil que es, pero como dice cada hincha: la ilusión al final es lo último que perdemos.
Siempre se puede soñar y confiar en los milagros. Es muy importante que en cada período de pases se hable de mi nombre en un club tan grande y tan histórico como lo es Peñarol; eso a uno le da mucho orgullo de saber que hizo las cosas bien. Al final, hay que darle la tranquilidad al hincha de que, si no es hoy, en algún momento será y que, si ojalá Dios quiere, vamos a poder festejar todo juntos.
— ¿Qué te pasa por la cabeza cuando escuchás cantar a la hinchada de Peñarol?
— Cuando escucho a la hincha de Peñarol cantar se me vienen los recuerdos de cuando yo estaba dentro de la cancha y me sentía responsable de la alegría de la gente. Eso es muy importante, a uno le da mucha alegría y también el orgullo de saber que uno también hizo las cosas bien, por eso la gente pide que uno vuelva y eso es muy importante.

— ¿Qué pensás sobre la inyección anímica y a nivel de juego que le aportó Julio Ribas a River Plate, club donde debutaste?
— El club no se merecía estar en la situación que está. No lo conozco a Julio ni su forma de trabajar, pero se nota que le ha dado al club ese sentido de pertenencia, esas ganas de salir de ese mal momento, que al final no es lindo de vivirlo. Creo que es muy importante el trabajo de él para el presente que hoy tiene River Plate.
— Compartiste plantel con Abel Hernández, el actual goleador de la Liga AUF Uruguaya, ¿qué concepto futbolístico tenés sobre él?
— Mi pensamiento es que Abel Hernández estando bien es el mejor delantero del fútbol uruguayo. Después, obviamente, si vuelve a Peñarol o no, creo que va a ser una decisión muy personal suya. Me pone muy feliz su presente porque es una persona espectacular y se lo merece. En 2023 no la pasó bien con las lesiones, pero siempre estuvo ahí apoyando con buena cara en los momentos en los que no le tocaba estar. Con su gran trayectoria y los equipos en que ha jugado siempre estuvo dando para adelante, y eso se valora mucho. Si vuelve o no a Peñarol, creo que debemos respetarlo. Él se está reencontrando consigo mismo, que al final es lo más importante. Es un gran jugador y, si yo fuera Peñarol, no dudaría en contar con él.

— ¿Te fijás como objetivo o sueño el hecho de volver a vestir la camiseta de la selección uruguaya?
— Sin duda que el sueño de estar en la selección uruguaya siempre está. Como dije al principio del año, el objetivo principal era volver a reencontrarme conmigo mismo y volver a sentirme yo; de a poco lo estoy logrando. Si después viene la selección, bienvenido sea. Pero la verdad que el objetivo de este 2025 para mí era volver a encontrar mi nivel, volver a encontrarme con el gol y sentirme bien otra vez, que es lo más importante. Y después obviamente disfrutar de lo que venga detrás de eso.
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