La devaluación del real en Brasil ha incrementado la brecha cambiaria con el país y preocupa a los free shops uruguayos porque, salvo algunos movimientos puntuales, ésta se ha profundizado en las últimas semanas y retrajo a los compradores brasileños.
Ante un real devaluado, los productos en dólares resultan más caros a quienes perciben sus ingresos en la moneda brasileña, por lo que han restringido o ralentizado sus decisiones de compra en productos suntuosos en moneda estadounidense, que es la que manejan los free shops uruguayos.
“Un diferencial de precio es atractivo para que los brasileños vengan a comprar, cuando está alrededor del 20% en la comparación con Brasil, pero hoy es de cero o 5% en muchos casos”, dijo a El País Marcelo Montico, miembro de la directiva de la Cámara de Empresarios de Free Shops y Afines, y también gerente general de Neutral Free Shop (con presencia en el Chuy, Río Branco, Aceguá, Rivera, Artigas y Bella Unión). “Nadie va a viajar muchos kilómetros por un 5%”, agregó.
La afectación todavía no se nota en los resultados del negocio (de hecho, hay una suba interanual de ventas en lo que va de este año), dado que la pérdida de las compras de los brasileños aparece atenuada por las de los argentinos en este verano.
El problema aparecerá con claridad, según proyecta Montico, cuando se acabe la temporada a mediados de marzo y no estén más los argentinos para suplir las compras de los brasileños, que han mermado. Es decir, el panorama se complicará próximamente ya que el sistema de free shops en la frontera está pensado para los brasileños y depende en 95% de ellos.
Algo a recordar es que los uruguayos no pueden comprar en free shops del país, dado que la legislación considera que generaría una competencia no equitativa con el comercio local.
Montico menciona otro factor que golpea a los free shops uruguayos: los brasileños pueden comprar con tarjetas de crédito en reales en su país, mientras que en Uruguay estos locales se manejan en dólares. Sin duda, el beneficiario termina siendo el free shop brasileño.
Emilio Bruno, presidente de la Comisión Fiscal de la gremial que agrupa a estos comercios y de The Place Free Shop (con presencia de Rivera, Río Branco y Artigas), comentó a El País que, con el tránsito tan fuerte de argentinos en este momento, aún no tienen una evaluación precisa de la situación y que recogerán información en los próximos días. No obstante, adelantó que “lo que va a venir es muy fuerte, eso hay que tenerlo claro”.

Por su parte, Carlos Loaiza Keel, secretario general de la cámara, afirmó a El País que no solo el atraso cambiario sino la incertidumbre sobre las expectativas económicas en los consumidores en Brasil, está afectando la venta de los productos tecnológicos, suntuarios o de alta gama, como cosmética, perfumería, prendas de ropa de marca y licores, que son los que ofrecen los free shops.
Cabe recordar que la depreciación del real en el año 2024 (en casi el 30%) fue la mayor desde 2020, cuando se sintió el efecto de la paralización de actividades en el país vecino por la pandemia del covid-19.
Problemas estructurales
La Cámara de Empresarios de Free Shops y Afines manifiesta que, además de la incidencia de los factores macroeconómicos, existen otros elementos estructurales del sistema uruguayo que lo ponen en desventaja en comparación con el sistema de free shops brasileño.
Sus representantes consideran que éste es un “buen momento” para adoptar medidas con el fin de que las asimetrías entre los dos países se minimicen. En tal sentido, realizan propuestas en una agenda para no perder competitividad.
Entre ellas, Montico plantea que, en vez de Uruguay manejarse con una “lista positiva” de productos para vender autorizados por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), lo puedan hacer con una “lista negativa” tal como Brasil.
La "lista positiva" significa que los comerciantes del sector tienen que pedir autorización a las autoridades para incorporar productos a la misma y esperar el permiso correspondiente para poder venderlas. “Si son camisetas rojas de moda, mientras pedimos y llega la autorización, ya pasaron de moda”, ejemplificó Montico.
En cambio, en la lista “negativa” se consignan solo los productos que no se pueden vender y se va actualizando. Todo lo que no está prohibido, queda, por defecto, autorizado. Por ende, es más ágil.
En realidad, Uruguay ya maneja una "lista negativa", pero -según señala Montica- es solo algo "istrativo" porque a su entender "no funciona como tal". "La lista negativa uruguaya, a diferencia de la de Brasil, prohibe todo lo que no estaba autorizado en la lista positiva, eso no ayuda", afirmó.
En tal sentido, Loaiza aclaró que la "lista negativa" de productos a vender en los free shops uruguayos debería ser lo más parecida o idéntica posible a los que se venden del lado de Brasil, para que funcione.
Ahí el reclamo.
Otro tema que se podría mejorar —continuó Montico— es el procedimiento sobre el canon aduanero. Los free shops uruguayos lo pagan en el momento de hacerse del inventario, mientras que en Brasil se realiza cuando el cliente compra la mercadería.
Esto, si bien parece un tema menor, significa un esfuerzo financiero extra en caso del comerciante uruguayo. Es de mencionar que la recaudación de Aduana por concepto de ese canon asciende al orden del 10% del total, según datos aportados por la cámara.
Probablemente, la mayor asimetría en los sistemas de ambos países está en que, los uruguayos no pueden comprar en los free shops uruguayos, en tanto los brasileños sí pueden hacerlo en los de Brasil. De todas formas, esta situación es de difícil solución.

En cuanto a la estructura estatutaria del sistema del free shops, Loaiza considera que puede ser mejorable, así como ciertas regulaciones corporativas que no están adaptadas a los tiempos actuales y son “peores” —dijo— que las de Brasil.
Se refiere a que, por ejemplo, está establecido que se puede operar con una sociedad por cada punto de frontera, pero no con una sociedad única. Eso significa que los productos que no se venden en un local de free shop, no se pueden llevar a otro de la misma cadena, generando ineficiencias.
La cámara está esperando que las nuevas autoridades gubernamentales se acomoden en sus cargos, para —más temprano que tarde— plantear algunas de estas y otras propuestas. Confían en que tendrán respuestas positivas y afirman que “el gobierno nos ve como un aliado”, porque no hay más opciones de “empleo genuino, sano y formal” en esas zonas de frontera, según Montico.
“Argentinos no van a estos free shops brasileños”
Según la cámara, los argentinos no suelen ir a los free shops brasileños de la frontera Uruguay-Brasil porque están más habituados a los de Uruguay y, además, aún no conocen bien las opciones de las lojas franças, en gran parte porque no han tenido gran difusión internacional y muchas no están ubicadas en lugares muy visibles para quien no conoce.
“La oferta de productos en los free shops brasileños no es tan variada ni heterogénea, ni tienen la misma experiencia de gestión que los de Uruguay”, agregó Montico.
Por lo pronto, con sus características, los free shops del lado brasilero se están extendiendo a ritmo lento pero firme; no todos se instalan en los puntos de frontera con Uruguay, pero han avanzado.