Redacción El País
En un sorpresivo endurecimiento de su política migratoria, el primer ministro laborista británico, Keir Starmer, prometió este lunes "recuperar finalmente el control de las fronteras" de su país, al anunciar un plan para reducir la inmigración, cuando la extrema derecha gana terreno en Reino Unido.
"Todos los ámbitos del sistema migratorio, incluidos los visados de trabajo, de reagrupación familiar y de estudios, serán reforzados para que podamos controlarlos mejor", declaró al presentar su hoja de ruta en una rueda de prensa. Starmer indicó que el documento de su gobierno laborista conducirá a una "reducción significativa de la inmigración".
La ministra del Interior, Yvette Cooper, debe presentar este lunes los detalles de esta hoja de ruta ante el Parlamento.
El partido británico de extrema derecha Reform UK se impuso el pasado 2 de mayo en una elección legislativa parcial en Inglaterra y ganó terreno en diversos comicios locales a expensas de los laboristas, que afrontaban su primer test tras llegar al poder en julio, y de los conservadores.
Los laboristas británicos (centroizquierda) perdieron un escaño en el Parlamento, en una circunscripción del noroeste de Inglaterra, en beneficio de Reform UK.
Nigel Farage, uno de los mayores impulsores del Brexit, quien hizo una campaña centrada en la lucha contra la migración, se mostró exultante tras esos resultados. "Podemos y vamos a ganar las próximas elecciones generales" previstas para 2029, exclamó Farage.
En su rueda de prensa de este lunes en Downing Streer, Starmer señaló que la implementación de su plan "será más estricta que nunca y el número de inmigrantes disminuirá".
El "revival" de un lema exitoso
La inmigración fue un tema central en el período previo al referéndum de 2016, en el que el 52% de los británicos votó a favor del Brexit. Algunos de los mayores defensores del Brexit, como Boris Johnson y Farage, prometieron recuperar el control de la política migratoria si el Reino Unido abandonaba la Unión Europea.
Ahora, con su frase "recuperar finalmente el control de nuestras fronteras", Starmer utilizó el lema de los partidarios de aquel movimiento, que lo habían convertido en uno de los argumentos centrales a favor de la salida del Reino Unido de la Unión Europea.
"Crearemos un sistema controlado, selectivo y justo, en total ruptura con el pasado", insistió Starmer, cuando la inmigración neta alcanzó las 728.000 personas entre junio de 2023 y junio de 2024, y cerca de un millón el año anterior. El gobierno también está bajo presión para detener el flujo de migrantes que cruzan el Canal de la Mancha desde Francia a Inglaterra en pequeñas embarcaciones.
Más de 36.800 personas realizaron el trayecto el año pasado, según cifras del gobierno británico y 84 personas murieron intentando el cruce en 2024, al menos 14 de ellos eran niños.

El gobierno de Starmer afirma que ha deportado a más de 24.000 personas sin derecho a estar en el Reino Unido desde las elecciones de julio del año pasado, la tasa más alta en ocho años.
A partir de ahora será más difícil obtener un permiso de residencia permanente, detalló Downing Street y será necesario tener diez años de residencia en el país, en lugar de los cinco actuales.
Además, los dependientes adultos del poseedor de un visado deberán demostrar un nivel suficiente de inglés (proficiency) para ser autorizados a venir al Reino Unido, con el objetivo de reducir el número de visas familiares. El plan también prevé un endurecimiento de las condiciones para la concesión de visas de trabajo, segunda fuente de asentamiento de extranjeros en el país (369.000 en 2024).
"Durante años, nuestro sistema ha incentivado a las empresas a traer trabajadores peor pagados, en lugar de invertir en nuestros jóvenes", dirá Keir Starmer, afirmando querer "una ruptura clara con el pasado".
Con información de AFP y The New York Times