El velatorio de José Mujica transitaba uno de los momentos más importantes: el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, acababa de llegar al Salón de los Pasos Perdidos para despedir al expresidente. Mientras se encontraba en el salón, en presencia del presidente Yamandú Orsi y acompañando a Lucía Topolansky, dos monjas ingresaron a saludarla.
Consultadas por El País, las hermanas -monjas de la congregación Capuchina de Francisca Rubatto- contaron que se acercaron a saludar a Topolansky porque la conocían desde hace varios años.
"Yo conozco a Lucía porque ella trabajó por las obras del pantanoso, en la Cachimba del Piojo. Con el padre (Uberfil) Monzón teníamos un grupo de trabajo, entonces Lucía venía con otras compañeras de vez en cuando a darnos una mano", dijo Sor Querubina y añadió que eso ocurrió alrededor de cuarenta años atrás.

La monja narró además que en una oportunidad vio a José Mujica en persona, cuando realizaron una celebración por la obra en el barrio.
La monja dijo además que "era lógico" que se hicieran presentes en el velatorio y que han "rezado mucho" por la salud de Mujica, que "fue una persona excelente". También contó que el ministro del interior Carlos Negro también la conoce y la reconoció al ingresar al funeral.
Las monjas -Querubina e Imelda- que aparecieron en escena durante el velatorio y llamaron la atención del público tienen la particularidad de que son hermanas de sangre.