El "lado B" de basquetbolistas uruguayos: de jugar en la cancha profesional a emprender lejos de la "naranja"

Mauro Tornaría, Oscar Moglia, Salvador Zanotta y Matías De Gouveia cuentan cómo fue comenzar un negocio fuera del deporte donde hicieron carrera, y revelan sus "tácticas" para liderar sus emprendimientos

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Basquetbolistas uruguayos emprenden en negocios por fuera del deporte.
Basquetbolistas uruguayos emprenden en negocios por fuera del deporte.

Un camino «natural» para los deportistas de élite, como los basquetbolistas, al momento de su retiro, es seguir vinculados a ese mundo en diferentes facetas, ya sea como entrenadores o directivos.
Pero no siempre es así.
Algunos, impulsados por la necesidad o por el deseo de llevar adelante una pasión, se animaron a invertir y emprender en sectores ajenos a este deporte.
Óscar Moglia, Matías De Gouveia,Salvador Zanotta y Mauro Tornaría son solo algunos ejemplos. Algunos retirados y otros aún en actividad, decidieron buscar una alternativa de vida pensando en un futuro alejados de la pelota naranja.

Un restaurante, una barbería y estudio de tatuajes, una tienda de venta y reparación de celulares y rios, y una importadora de productos para jardinería y lubricantes, fueron los proyectos elegidos. Tan dispares como los rubros fueron las motivaciones que los llevaron a crearlos. Para algunos, fue «pensando en el futuro, sabiendo que la carrera de basquetbolista es corta», para otros se trata de seguir una pasión de siempre como la tecnología; en otro caso significó continuar una tradición familiar y buscarle una vuelta de tuerca al negocio; también está el que emprendió para tener un ingreso extra.

En lo que todos coincidieron es en la certeza de que los aprendizajes en sus años de deportistas de primer nivel han sido clave a la hora de llevar adelante sus negocios en forma exitosa.

«Liderazgo», «luchar por un mismo objetivo», «disciplina», «ser responsable de las decisiones que se toman», «saber lidiar con situaciones de alta presión para tomar decisiones», «constancia» y «forjar equipos sólidos» son solo algunos de los valores que estos jugadores han aplicados en ambas canchas de sus vidas.

Óscar Moglia
Oscar Moglia.
Oscar Moglia.
Foto: Ignacio Sánchez

El apellido Moglia está fuertemente ligado al básquet uruguayo. Pero también a la rambla de Montevideo, principalmente al Club de Pesca Armonía. «Este espacio lo impulsó mi padre hace 50 años cuando acá no había nada. Y lo hizo un referente de la zona. Acá se hacen eventos privados, empresariales, cumpleaños, casamientos, lanzamientos y desfiles, entre otros», comentó Oscar Moglia, también exbasquetbolista, ligado a Welcome con el que salió campeón de América. Para él, el Club Armonía es su «lugar en el mundo, me da paz». Cuando llegó la pandemia y la actividad mermó, debieron reinventarse. Así, tras estudiar opciones, el 9 de julio de 2021 abrió Puesta del Sol, un espacio gastronómico que abre de martes a domingos con una propuesta de almuerzo, cafetería y cena.

«El negocio del restaurante surge en la pandemia, cuando estuvimos un año y medio cerrados. En determinado momento dejaban abrir bares y restaurantes y queríamos ver gente acá», recordó quien hoy comparte el negocio junto a sus hijos Santiago y Martín. Como no conocía del rubro, lo primero que hizo fue asesorarse y poner como premisa ofrecer productos de calidad a precios accesibles. Eso, sumado a su ubicación, hicieron el resto. «El proyecto creció, la gente comenzó a conocernos y elegirnos», destacó. Del básquet, asegura que aplica la importancia del grupo. «Cuando mejor me fue en el básquet fue cuando salimos dos veces campeones de América con Welcome. Fueron cuatro años y lo importante fue que nos hicimos amigos. Y cuando tenés un grupo unido sale bien. Siempre hay cosas para mejorar, lo que importa es que todos tiren para el mismo lado», concluyó.

Mauro Tornaría
Mauro Tornaría.

A sus 43 años (recién cumplidos) Mauro Tornaría dice no extrañar tanto el básquetbol y confiesa que jugó más tiempo del que pensaba. Una lesión en su espalda en 2007, que requirió una operación, amenazó con dejarlo fuera de las canchas. «Podía durar una semana, un mes», pero jugó siete años más. Esa lesión lo terminó de convencer de que debía apostar por un proyecto en paralelo al deporte, así que retomó otra pasión: la tecnología. «Siempre me gustó, desde los 15 años. En 2003 comencé la carrera de analista programador en Universidad ORT, pero el básquet no me permitió culminarla. Cuando sucedió la lesión, sabía que en cualquier momento se terminaba. Decidí retomar (el estudio), pero opté por hacer un curso de técnico de electrónica en reparación de computadoras. Por un tiempo reparaba y jugaba al mismo tiempo. En un momento decidí perfeccionarme en reparación de celulares y comencé a ver que el mundo iba por ahí. Fui de los primeros en reparar iPhone», recordó. Y de ahí en más, todo fue crecimiento. Comenzó como un proyecto en un cuarto de su apartamento y se transformó en Todo iPhone, una tienda de reparación y venta de celulares y rios en Pocitos. «Durante cuatro años trabajé en un dormitorio de mi casa. En 2016 explotó el negocio, en 2017 abrí la primera tienda en Pocitos y en 2020 me mudé al actual local en Ellauri 845», relató.
De su experiencia deportiva, aplica aspectos como la disciplina y el liderazgo. «Soy responsable de lo que pasa, si digo que entrego algo en una fecha, lo hago. Y si algo sale mal, me hago cargo. En cuanto al liderazgo, me ayuda en generar mucha confianza en los clientes», comentó.

Matías De Gouveia
Matías De Gouveia.
Foto: Leonardo Mainé

A sus 36 años, De Gouveia comparte su tiempo entre el básquetbol (juega en Tabaré) y Fryarco SA, empresa que creó hace cinco años junto a su hermano Santiago y Francisco Sugo, dedicada a la importación de Ducati Garden (línea de jardinería de la marca italiana) y de lubricantes Goodyear.
La idea de emprender, recordó, nació por la necesidad de explorar otra opción de ingresos y tras conocer el rubro al ingresar a trabajar en el negocio de su tío. «Cuanto tenía 18 años tuve una lesión de rodilla, a los 25 comencé con problemas y entendí que debía buscar otras opciones. Ingresé a trabajar en la empresa de motosierras de mi tío y como estudié comercio exterior me interesé por ese lado. Ahí conocí la marca Ducati. El mismo importador tenía los lubricantes, comencé primero con eso en 2020 y en 2021 luego sumé la marca de jardinería», contó. El negocio creció y en 2023 adquirió una ferretería en Avenida Italia y abrió su local. Hoy, la firma está en franco crecimiento en Montevideo, Canelones y Maldonado y también en e-commerce. En 2024 desembarcó en Argentina con Ducati (este año proyecta sumar Goodyear Lubricantes). En ese país posee distribuidores en Tucumán, Santa Fe, Buenos Aires y Patagonia, y el objetivo es llegar a 12 representantes para fin de año. De Gouveia confiesa que timonear la empresa a la par de su carrera deportiva es complejo, pero itió que jugar a nivel profesional lo ayudó. «La experiencia en situaciones de alta presión en la cancha me dio herramientas para enfrentar decisiones comerciales arriesgadas y llevar reuniones de negocios. También aplico disciplina, constancia y gestión de equipos», resumió.

Salvador Zanotta
Salvador Zanotta

«Mirando a futuro, sabiendo que la carrera del basquetbolista es corta, es que comencé a pensar en tener un negocio como otra forma de ingreso», reflexionó Salvador Zanotta (30 años). Esto fue hace un año y medio, recordó quien hasta el año pasado era jugador de Peñarol. «Quería abrir un negocio, y empezó como algo más ambicioso, una cancha de fútbol 5 y algo de básquet, pero la inversión era más importante. En un momento, a través de Santiago Castillo conocí el mundo de las barberías. Él tenía una y comencé a averiguar cómo era. Él me enseñó todo. Me gustó y comencé a buscar locales. Cuando apareció uno me lancé con todo», comentó.
Así, hace un año y medio fundó Barberball (en Luis Alberto Herrera esquina Rivera) donde se unen una barbería (planta baja) y un salón de tatuaje (en el piso superior). Tras una primera etapa de aprendizaje y vaivenes, Zanotta reconoce que hoy el proyecto está en pleno crecimiento. «Los inicios fueron momentos de mucho aprendizaje, de ver cómo manejamos este rubro. No tenía idea de cómo llevar un negocio. En eso mi novia me ayudó mucho. Hoy es un negocio rentable, estamos en crecimiento».

Al reflexionar sobre qué aplica del básquet en su negocio, señaló que lo principal es la unión del grupo. «Así como es clave en un equipo de básquet, también lo es en el negocio. Es fundamental que exista un buen ambiente de equipo, que todos tiren para el mismo lado, que vayan por el mismo objetivo, porque si a esto le va bien, a todos nos va bien».

De hecho, adelantó que su plan es seguir creciendo, lo que podría ser incluso «con otro local».

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