Enfermedades emergentes amenazan al mundo

Además de la gripe aviar, otros males como el producido por el virus del Nilo del Oeste pueden extenderse hasta estas regiones. Para Uruguay, el peligro más fuerte sigue centrado en el dengue

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CARINA NOVARESE

Junto con la nueva amenaza de una casi prometida pandemia de influenza humana (derivada de una cepa de gripe aviar que originalmente se detectó en Asia pero que ya llego a Europa), otras enfermedades emergentes y reemergentes amenazan al hombre dondequiera que viva.

Las advertencias son múltiples y difíciles de ignorar. Hace más de 10 años, el premio Nobel de Medicina Joshua Lederberg predijo que en este siglo se desatará al menos una gran pandemia, y que esto sucederá a pesar del hecho de que el mundo está mejor preparado para enfrentarla. Posiblemente, agregó el experto, la pandemia sea de influenza.

Pero el peligro no es nuevo. De hecho, explicó el catedrático de Enfermedades Infecciosas Eduardo Savio —quien además es asesor en la materia del Ministerio de Salud Pública— cada 20 o 25 años ciertas cepas de gripe se activan y termina generando una pandemia, la última de las cuales afectó a Hong Kong.

Es que los microorganismos que generan buena parte de las nuevas enfermedades nunca dejan de "reinventarse" a sí mismos, mutando continuamente. Tal como dijo Lederberg, los virus de la influenza por ejemplo, son "francamente promiscuos", ya que intercambian entre ellos material genético a medida que se van adaptando a las condiciones nuevas con las que se encuentran. De esta manera, nuevas versiones de los virus apuntan a vencer las defensas de las personas o animales a los que infectan.

En materia de virus de la gripe, los aviares centran toda la atención en los últimos tiempos y con razón. Hoy en día la ciencia cuenta con elementos suficientes como para afirmar que el temor no es exagerado. En 1918, entre 20 y 50 millones de personas murieron como consecuencia de una pandemia de influenza que se bautizó "gripe española". Nadie lo supo por esos años pero ahora se sabe —a través de estudios genéticos del virus—que la cepa que produjo tantas muertes provino de las aves y, luego de mutar, terminó desperdigándose entre los seres humanos.

El famoso virus H5N1 que ha sido detectado en millones de aves de corral y salvajes de Asia y, en estas últimas semanas, de al menos tres países europeos (Turquía, Rumania y Grecia), también es una cepa aviar. En los últimos cuatro años se confirmaron oficialmente 117 casos humanos en países asiáticos, fundamentalmente en Vietnam, Camboya, Tailandia e Indonesia. Entre ellos, 60 personas murieron.

La entrada en Europa de esta cepa se produjo por Turquía, gracias a la migración estacional que realizan las aves. Hasta ahora el virus sigue siendo exclusivamente aviar. El peligro se intensifica cuando comienza a pasar a seres humanos, porque en ese momento puede mutar, explicó al DS Savio. En ese momento pasa a ser un virus completamente diferente, que produce contagio interhumano.

La amenaza, aunque importante, sigue estando lejos de estas tierras. Las aves migratorias comienzan ahora su viaje hacia el sur, pero es "imposible" —dijo Savio— que lleguen a esta zona por sus propios medios. La única posibilidad de contagio es a través del ser humano que, viajando, transmite la enfermedad tal como sucedió con el SARS.

DESDE EL NILO. Por estos días, las tres enfermedades infecciosas que causan más muertes en el mundo son la malaria, el sida y la tuberculosis. Los males infecciosos en general, son la segunda causa de muerte en todo el mundo y la tercera en países tan desarrollados como Estados Unidos.

En América, una de las principales amenazas provenientes de una enfermedad emergente se hizo constante en 1999 en la zona de Nueva York, donde miles de personas fueron afectadas por la encefalitis del Nilo del Oeste. Al igual que la gripe aviar, esta enfermedad es transmitida por ciertos pájaros que están infectados y que migran según las estaciones.

Cuando los mosquitos pican a estas aves se convierten en portadores del virus. Los casos en humanos se produjeron, justamente, como consecuencia de picaduras de mosquitos que les transmitieron la enfermedad. Esta se manifiesta con un proceso inflamatorio del sistema nervioso central —encefalitis— que puede dejar secuelas motoras, auditivas y visuales. Ha resultado mortal en varios casos y no existe un tratamiento específico para ella.

Luego de la paranoia que generó en el estado de Nueva York, el virus del Nilo del Oeste se trasladó al sur, junto con las aves que migraban hacia allí en busca de climas más benignos. Los siguientes casos se produjeron en el estado de la Florida, pero llegaron incluso a afectar al este estadounidense.

En la actualidad, señaló Savio, Venezuela y Brasil ya montaron su sistema de vigilancia ya que si bien aún no han tenido casos, sí detectaron aves migratorias infectadas. Este tipo de aves suelen recorrer un gran trayecto entre Canadá y la Patagonia, dos veces al año. En su paso está Uruguay, y por eso es común verlas en las playas de Rocha. A pesar de ello, explicó Savio, nuestro país está lejos del riesgo de la enfermedad porque el virus dura unos cinco días en las aves y, para el momento en que llegan a estas tierras —luego de casi un mes de viaje—, ya lo eliminaron o fueron víctimas ellas mismas de él.

La encefalitis del Nilo del Oeste sigue generando casos sobre todo en Estados Unidos, manteniéndose a nivel endémico. En Uruguay nunca se produjo uno.

REEMERGENTES. Además de las nuevas amenazas, también hay enfermedades reemergentes que siguen costando millones de vidas y recursos de salud pública; estos males luego de ser controlados y hasta erradicados, volvieron a aparecer para atacar con renovada fuerza. Entre ellos se cuentan el cólera, el dengue, algunos tipos de hepatitis y la tuberculosis.

La amenaza más latente para Uruguay viene del dengue, explicó Savio. El experto considera que hasta el momento no se han dado casos en Uruguay, "porque hemos tenido mucha suerte". Las larvas del mosquito que la producen —el aedes aegyptis— fueron detectadas en casi todos los departamentos uruguayos luego de una época en que estuvo a punto de ser controlado.

Además, el territorio uruguayo ofrece todas las condiciones para que se produzca un contagio, hasta el punto de que si una persona llega a el país con el virus en su sangre y es picada por un mosquito aedes aegyptis, el insecto comenzará a trasmitir el dengue. La hipótesis no es descabellada porque ya se registraron muchos casos en Argentina y Brasil, incluyendo una epidemia que afectó a Río de Janeiro en febrero de este año.

HEPATITISA Y B

Las vacunas contra la hepatitis B y A están disponibles en Uruguay desde hace varios años. La primera ya fue incorporada al programa de vacunación por lo que es recibida por todos los niños. La segunda, que hasta ahora debía comprarse, también será incluida en el programa ampliado de inmunizaciones en pocos meses, dijo al DS Eduardo Savio, catedrático de Infectología y asesor del Ministerio de Salud Pública en la materia.

MURCIÉLAGOSRABIOSOS

A nivel de la región, una enfermedad emergente está llamando la atención de las autoridades sanitarias, incluyendo a las uruguayas. La rabia, un mal que hasta ahora era trasmitido por los perros, se ha trasladado a los murciélagos. Ya se registraron casos en humanos en Bolivia y el norte argentino.

En los últimos tiempos se desarrollaron nuevas vacunas contra la rabia que atacan esta variedad aún no registrada en Uruguay. Sin embargo, tanto Savio como sus colegas recibieron consultas de personas mordidas por murciélagos, sobre todo en la zona del Parque de los Aliados. En algunos casos solicitaron que se les vacunara con la antirrábica disponible en el país.

VACUNAS Y DROGAS

A diferencia de la gripe humana "común y corriente", una enfermedad que según el catedrático de Enfermedades Infecciosas Eduardo Savio ya es "autolimitada" y contra la cual el organismo humano posee defensas por haber estado expuesto, un nuevo virus aviar y mutante "jamás sería reconocido por el sistema inmune de un hombre y por eso su comportamiento podría ser mucho más agresivo. Ese es el problema crucial".

Si finalmente se desencadenara la pandemia que se anuncia, los fármacos y vacunas que se manejan hasta ahora resultarían casi inútiles. "No se puede hacer una vacuna contra un virus que aún no mutó. La que se tiene ahora es contra la cepa aviar. Se estima que se tardaría al menos seis meses luego de desatada la pandemia para poder llegar a una vacuna", dijo Savio. En cuanto a las drogas antivirales que existen, en particular dos de nueva generación que se utilizan para el tratamiento de personas infectadas con la gripe aviar, no se sabe qué efectividad tendrán ante un virus mutado.

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