El verano es una época del año en la que nuestra piel enfrenta desafíos adicionales debido a la mayor exposición al sol, el calor y la contaminación. Estos factores pueden provocar deshidratación y daños cutáneos cuando no se toman medidas adecuadas de protección y cuidado.
Para mantener un rostro saludable y radiante durante esta temporada, es importante seguir una rutina específica que proporcione extra hidratación y defensa contra las agresiones externas.
1. Hidratación. La clave para una piel radiante.
Beber suficiente agua es fundamental para mantener la piel hidratada desde el interior, pero también es esencial el uso de cremas hidratantes que refuercen la barrera cutánea.
Ingredientes como el ácido hialurónico y las ceramidas son ideales para retener la humedad y prevenir la sequedad. Optar por productos con textura ligera, como geles o emulsiones, puede ser una excelente opción para el clima cálido.
2. Protección Solar. Un paso indispensable.
El protector solar es un aliado imprescindible en cualquier rutina de cuidado facial, especialmente en verano.
Se recomienda utilizar un fotoprotector de amplio espectro (UVA/UVB) con SPF 50 para garantizar una protección eficaz. Además, es importante reaplicarlo cada dos horas, sobre todo si se pasa mucho tiempo al aire libre o se tiene o con el agua.
Complementar la protección con sombreros, lentes de sol y ropa adecuada puede ayudar a minimizar la exposición directa.
3. Limpieza suave. Respetá el equilibrio de la piel.
El uso de limpiadores suaves es esencial para eliminar impurezas sin despojar la piel de sus aceites naturales.
Se recomienda optar por fórmulas sin alcohol ni fragancias, ya que pueden irritar y resecar la dermis. Una limpieza adecuada por la mañana y otra por la noche ayudarán a mantener el rostro fresco y libre de impurezas.
También puede agregarse una exfoliación suave para lograr una renovación sin agresión. La exfoliación es un paso clave para mantener la piel luminosa, ya que elimina células muertas y favorece la renovación celular.

Sin embargo, en verano debe realizarse con moderación y con productos suaves para evitar dañar la barrera cutánea. Lo ideal es consultar con un profesional para elegir el tipo de exfoliante adecuado y la frecuencia de aplicación según el tipo de piel.
4. Antioxidantes. Escudo contra los radicales libres.
Estos son grandes aliados en la protección de la piel frente al daño solar y también la contaminación.
Incorporar productos con vitamina C o E, ya sea en sérums o cremas, ayuda a combatir los radicales libres, prevenir el envejecimiento prematuro y aportar luminosidad al rostro.
5. Refrescá tu piel. Un toque de frescura.
Si el calor es extremo, aplicar un tónico refrescante o agua termal puede ser una excelente opción para calmar y revitalizar la piel.
También se recomienda el uso de mascarillas hidratantes una o dos veces por semana para reforzar la hidratación y proporcionar un efecto calmante.
6. Ropa ligera. Un escudo contra el sol.
Además del protector solar, la ropa puede ser una gran aliada para proteger la piel del sol. Se recomienda usar prendas ligeras, y con protección UV.
También es conveniente utilizar sombreros de ala ancha y lentes de sol para minimizar la exposición en el rostro.

Los no
Para evitar daños en la piel durante la temporada de calor, es importante tener en cuenta ciertos hábitos que pueden ser perjudiciales:
1. Descuidar la protección solar. Nunca salgas sin aplicar protector solar, incluso si el día está nublado. Los rayos UVA atraviesan las nubes y pueden causar daños en la piel, en todo momento.
Los rayos solares son más intensos entre las 10 y las 16 horas, por lo que se recomienda evitar la exposición directa durante esas horas.
2. Usar productos irritantes. Evitá cosméticos con alcohol, perfumes fuertes o exfoliantes agresivos, ácidos, ya que pueden aumentar la deshidratación y sensibilidad de la piel, pudiendo causar manchas.
3. Tomar duchas demasiado calientes. Aunque pueden ser tentadoras, las duchas con agua caliente eliminan los aceites naturales de la piel y la resecan. Lo mejor es optar por duchas tibias y utilizar geles de baño hidratantes.
4. Olvidar el cuidado nocturno. La piel necesita recuperarse por la noche. Aplicar una crema hidratante o reparadora antes de dormir es clave para restaurarla después de la exposición al sol.
Cuidar la piel durante el verano no solo ayuda a mantenerla hidratada y protegida, sino que también previene el envejecimiento prematuro y otros daños a largo plazo.
Siguiendo estos sencillos pasos -hidratación, protección solar, exfoliación suave y uso de antioxidantes-, el rostro se mantendrá saludable, fresco y radiante durante toda la temporada.
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