Redacción El País
Superar los 50 años no significa resignarse a la pérdida de fuerza y vitalidad. Con los hábitos correctos, es posible revertir la sarcopenia (pérdida muscular relacionada con la edad) y mejorar significativamente la salud. Aquí las claves avaladas por especialistas:
1. Entrenamiento de fuerza
- Qué hacer: Incorporar ejercicios con pesas, bandas de resistencia o peso corporal (sentadillas, flexiones) 2-3 veces por semana.
- Por qué funciona: Estimula la síntesis de proteínas musculares, incluso en adultos mayores (Journal of Strength and Conditioning Research).
- Clave: Adaptar la intensidad con supervisión profesional para evitar lesiones.Foto: Freepik.
2. Proteínas: el combustible muscular
- Meta: Consumir 1.2-1.6 g de proteína/kg de peso al día (ej: 70-90 g para una persona de 60 kg).
- Fuentes ideales: Huevos, salmón, pechuga de pollo, legumbres y lácteos griegos.
- Truco: Distribuir la ingesta en 4-5 comidas diarias para optimizar la absorción.
3. Sueño reparador: la recuperación invisible
- Horas clave: 7-8 horas nocturnas para permitir la reparación muscular y la producción de hormona del crecimiento.
- Consejo: Evitar pantallas 1 hora antes de dormir y mantener horarios regulares.
4. Movimiento constante: romper el sedentarismo
- Acciones simples: Caminar 8,000 pasos/día, usar las escaleras o hacer pausas activas cada hora.
- Beneficio: Previene la atrofia muscular y mejora la sensibilidad a la insulina.
5. Nutrición inteligente: más allá de las proteínas
- Imprescindibles:
- Carbohidratos complejos (avena, quinoa) para energía.
- Grasas saludables (paltas, nueces) para reducir inflamación.
- Antioxidantes (frutos rojos, espinacas) para combatir el estrés oxidativo.
La constancia: el factor decisivo
Como señala Men's Health: "Después de los 50, el lema 'úsalo o piérdelo' se vuelve literal". Combinar estos hábitos con actividades complementarias (natación, yoga o golf) 2 veces por semana potencia los resultados.
Un aliado inesperado: las ciruelas pasas
Un estudio en Journal of Medicinal Food (2021) destaca que:
- Aumentan los niveles de IGF-1 (proteína clave para músculos y huesos).
- Reducen el colesterol y la inflamación.
- Son ricas en fibra, hierro y vitamina K, ideales para:
- Controlar el apetito
- Fortalecer huesos
- Mejorar la digestión